Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Compromiso sin conformismo
La prioridad del defensa siempre ha sido el Athletic, pero no es de los que elige quedarse a cualquier precio
Eneko Bóveda siempre ha sido un jugador de equipo. De los que trata de aportar su granito de arena desde el rol que le asigne el entrenador en cada momento. Pero cuando entiende que sus posibilidades de ser un elemento útil dentro de la plantilla se van agotando, no se aferra al contrato para quedarse en Bilbao a cualquier precio. Por mucho que siempre haya querido triunfar en un Athletic que le reclutó desde el equipo de la ikastola en categoría infantil. Sabe interpretar cuándo llega el momento de hacer las maletas y buscar otro destino donde se valore más su aportación al proyecto colectivo y tenga la oportunidad de seguir progresando a nivel individual. No se conforma y busca nuevos desafíos.
Eso es, al menos, lo que se desprende de sus dos salidas de Lezama. En la primera, en el verano de 2011, rechazó la propuesta de renovación que le ofreció el club rojiblanco para seguir un año más en el filial. Hubiese sido el cuarto. Pero, con 22 años y a pesar de haber llegado a debutar de la mano de Joaquín Caparrós en abril de 2009 ante el Racing, interpretó que sus posibilidades de dar el salto al primer equipo se habían apagado y decidió iniciar un camino diferente -indirecto y más difícil al perder el contacto con Lezama- fichando por el Eibar.
Así lo explicó él mismo en una entrevista del Diario Vasco: “No me dieron la baja, sino que me ofrecieron renovar con el Bilbao Athletic y en ese momento pensé que la mejor opción era salir para seguir con mi progresión. No quería seguir en el filial, y por eso acepté la oferta del Eibar”. Si se quedaba, corría el riesgo de estancarse en el Bilbao Athletic.
En su primera salida, rechazó la oferta de seguir en el filial al no ver opciones de subir
Y ahora se ha buscado otro destino ante su escasez de opciones hasta final de curso
Reconversión
No tardó en consolidarse en las alineaciones del conjunto armero, con el que ascendió de Segunda B a Primera. Una vez superada la prueba de fuego en la máxima categoría, en la que disputó 35 de las 38 jornadas a las órdenes de Garitano, fue repescado para el equipo dirigido entonces por Ernesto Valverde de cara a la campaña 2015-16.
Empezó con el rol de suplente de De Marcos para el lateral derecho. Dispuso de una relativa continuidad, entrando casi siempre desde el banquillo. Pero, a raíz de la lesión de Laporte, Txingurri le abrió las puertas del once en el eje de la zaga y el durangarra supo adaptarse al puesto para cubrir las necesidades del equipo.
Menos satisfecho quedó el míster de su rendimiento el curso siguiente, donde fue perdiendo peso hasta desaparecer del todo tras su mal partido en El Sadar. Y la presente campaña la empezó como tercera opción de Ziganda para el lateral derecho, tras De Marcos y Lekue. Con el fichaje de Capa, captó el mensaje: “Las lecturas que se puedan hacer a veces son claras”. No iba a tener oferta de renovación a final de curso, así que se ha movido en el mercado de invierno para encontrar un nuevo destino, el Deportivo, antes de que su escasa participación se lo pusiera más difícil en junio