Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Urrutikoetxea se ahoga en la orilla
Tras ir perdiendo 4-19, desata un vendaval de juego para, finalmente, caer junto a Untoria por 21-22 ante Irribarria-Merino II
Ya venía todo el mundo avisando que, en el frontón de Legutiano, con un suelo pintado que imprime mucha viveza al bote de la pelota, el dúo que llevase la iniciativa tenía muchos boletos para anotarse la victoria en el partido correspondiente a la novena jornada del Parejas. Y no se equivocaban ni un ápice. En una cancha donde la labor defensiva se hace muy complicada, el disponer del saque ayuda muchísimo a dominar el peloteo y ello propició un duelo de dos partes claramente diferencias. En la primera, Irribarria y Merino II fueron una apisonadora hasta el 4-19. A partir de ahí, Urrutikoetxea, escoltado por Untoria, desataba un vendaval de juego que a punto estuvo de provocar una voltereta de escándalo. La tuvo en la mano el de Zaratamo con el 21 iguales, pero el arriesgado dos paredes de volea con el que buscaba completar la espectacular remontada se le fue abajo. El 21-22 mantiene con vida a Irribarria-Merino II al alcanzar los cuatro puntos y acercarse a Urrutikoetxea y Untoria, que se quedan con cinco.
Irribarria y Merino II saltaron a la cancha alavesa con las ideas muy claras: atropellar con sus pelotazos a Untoria y que este o bien fallara detrás o entregara pelota para que el de Arama finalizara delante. El saque era clave en su estrategia y, para el 1-6 Irribarria ya le había endosado tres tantos directos al zaguero de Nájera, que sufría lo indecible sin que Urrutikoetxea pudiera hacer apenas nada por evitarlo.
Por si fuera poco, Irribarria tenía bien afinado el punto de mira y clavaba todos sus remates. La sangría era imparable y el partido parecía precipitarse hacia un final insulso cuando los azules alcanzaban en 4-19. Pero sucedió lo inesperado. Por fin, después de mucho tiempo viendo volar las pelotas por encima de su cabeza, Urrutikoetxea pudo entrar en condiciones y acabó plácidamente en el txoko. El vizcaíno se apoderó del saque y tomó las riendas del juego. Su reacción se antojaba flor de un día cuando Irribarria anotó el 7-20 con una envenenada cortada al txoko a la contra. Pero nada de eso. El de Arama no controló un sotamano que se le fue arriba y Urrutikoetxea, tras recuperar el servicio, volvió a la carga. Sumó un tanto, dos, así hasta 13 seguidos ante la incredulidad de sus contrincantes, desesperados por la imposibilidad de frenar la escalada colorada. Y se llegó al 20 iguales. Irribarria ponía el 20-21 con un buen gancho, pero no mejor que el que a continuación se sacó Urruti de la chistera para hacer el 21 iguales. El vizcaíno puso en juego la pelota y, a vuelta de resto, no quiso esperar más. Tras haber hecho lo más difícil, su volea buscando el dos paredes se fue bajo chapa. A la película vista en Legutiano le faltó el épico final ‘made in USA’, pero estuvo entretenida