Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Un oasis en el desierto
Participó en todas las acciones de peligro y asistió a Aduriz en un gran centro
Más de lo mismo. La esperanza es lo último que se pierde, pero el Athletic sigue empeñado en ofrecer su versión más miedosa. Es como si no le gustara asumir el mando de los partidos. Su plan es el repliegue y cruzar los dedos para que los de arriba enchufen alguna de las pocas que tienen. Confiar en la evidente calidad y pegada que existe. Y si golpea primero, un par de pasos hacia atrás. Un patrón que se repite con asiduidad.
El principal argumento ofensivo de las últimas semanas es Iñaki Williams. Frente al Eibar estuvo presente en todas las acciones de verdadero peligro que generaron los leones. Un auténtico oasis en el desierto. El único recurso al que se agarró el Athletic. No pudo marcar por tercera jornada consecutiva, sin embargo se erigió en el asistente de la solitaria diana de los bilbaínos.
El primer tiempo empezó a generar dudas. No había presión en el bando local. Raúl y Aduriz eran, en muchos momentos, los hombres más adelantados, pero estaban en campo propio. Era imposible lanzar las contras. Los únicos chispazos los protagonizó Williams en dos pelotas en largo en las que falló la defensa del Eibar.
En el minuto 11, Herrerín golpeó fuerte para saltarse todas las líneas. Ni la defensa ni el centro del campo colaboraban en sacar el balón. Aduriz peinó, Juncá midió mal y la pantera se lanzó a portería. Dejó atrás a Dmitrovic, sin embargo el meta reaccionó a tiempo y metió la mano con lo justo para desviar a córner. Quizás si Williams se hubiera interpuesto entre el esférico y el arquero del Eibar...
La segunda etapa del Tour
Pasada la media hora, otra jugada similar. El extremo arrancó desde la derecha y se aprovechó de la falta de entendimiento de dos zagueros visitantes. El 11 volvió a encarar a Dmitrovic, pero tampoco logró conducir con acierto y el portero se anticipó para salvar de nuevo a la tropa de Mendilibar.
El Athletic encontró el oasis en el segundo periodo en una acción rápida. Raúl García abrió a la derecha para Williams. Salió disparado. Amagó, se marchó hasta la línea de fondo, miró y puso un caramelo al segundo palo para que Aduriz remachara. El donostiarra llamó inmediatamente a Iñaki para celebrarlo. Más de medio gol era suyo.
El objetivo estaba claro. Buscar a Iñaki. Estaba ‘on fire’. Repitió por la derecha, de nuevo hasta el fondo. Sin embargo, cuando dio el pase estaba más exigido y Raúl, que también remató forzado, no dirigió el balón entre palos. El patrón se repetía. Raúl buscó en largo para la carrera de Williams. El bote y un agarrón de Juncá le jugaron una mala pasada. De lo contrario hubiese puesto dirección a la portería.
En la media hora final, el Athletic volvió a replegarse de forma descarada. Vivió a muchos metros de Dmitrovic. A Williams no se le volvió a ver salvó en una jugada en la que inició desde la derecha. Cargó con el hombro a Rubén Peña y el colegiado decretó falta ante las protestas de Iñaki, que le recordó a Melero López la acción previa con Juncá. Con Williams solo no bastó. El Athletic sigue siendo una segunda etapa en el Tour. Plana, previsible y digna de siesta
Estuvo cerca de castigar dos errores del Eibar, pero no concretó de cara a gol