Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
EL RETO DE MOSCÚ
El Athletic, a la tercera, buscará un triunfo que se le ha resistido hasta ahora en la capital rusa Empató con el Torpedo y cayó ante el Lokomotiv en dos eliminatorias que resolvió en Bilbao
El Athletic aterrizó ayer en Moscú dispuesto a hacer frente al desafío que representa el compromiso de ida de los dieciseisavos de final ante el Spartak. No será definitivo. Porque, pase lo que pase, la última palabra la dirá San Mamés en la vuelta. Pero conviene regresar con un buen resultado en la maleta que no obligue demasiado a los leones en Bilbao, donde la afición les ha despedido con pitadas tras sus frustrantes empates ante Eibar y UD Las Palmas. A ser posible, con una victoria. La que se le ha resistido al conjunto rojiblanco en las dos visitas anteriores a la capital rusa que reflejan sus estadísticas históricas. A la tercera, suelen decir, va la vencida.
La primera experiencia de los leones en Moscú se remonta a la década de los setenta. Concretamente, el 19 de septiembre de 1973, el conjunto dirigido por Milorad Pavic empató a cero ante el Torpedo en el estadio Lenin, en el encuentro correspondiente a la ida de dieciseisavos de la extinta Recopa. Un resultado que, según las crónicas de la época, supo a victoria, puesto que los rojiblancos no pusieron demasiado de su parte para conseguir el triunfo.
El titular de MD, de hecho, fue: “El Athletic fue a empatar... y lo consiguió”. No es que los locales hicieran muchos más méritos. Su “dominio territorial”, sin apenas profundidad, resultó “infructuoso”. “Es preciso remarcar que lo único positivo que se presenció sobre el terreno de juego fue el resultado final, de neto signo visitante, puesto que el nivel del juego fue tan vulgar que en diversos momentos parecía imposible que estuviesen disputando el encuentro los respectivos campeones de Copa de la URSS y España”. Iribar, Sáez, Rojo, Villar, Uriarte, Carlos y compañía dieron por buena la igualada en Moscú, donde jugaron a unos cinco grados.
Casi cuatro décadas después, en la mágica campaña 2011-12, el conjunto dirigido por Marcelo Bielsa hizo escala en la capital rusa en su camino hacia la final de Bucarest. El 16 de febrero de 2012, los leones
cayeron por 1-2 en la visita a Luzhniki para enfrentarse al Lokomotiv, en la ida de dieciseisavos de la Europa League. Muniain, asistido por Susaeta tras una gran jugada personal por banda derecha, adelantó a la tropa rojiblanca en una primera parte con ocasiones claras y numerosas como para haber llegado al descanso con una ventaja más amplia. Pero en la reanudación, los leones se congelaron y dieron facilidades para que el Lokomotiv firmase la remontada a través de Glushakov, que convirtió un inocente penalti de Aurtenetxe, y Caicedo, tras un grave error de Amorebieta. La temperatura, en fechas similares a la actual, rozó los diez grados bajo cero a la hora del partido. Lo cual fue hasta un alivio, teniendo en cuenta que el lunes de esa misma semana el termómetro había llegado a marcar 36 en negativo.
Lo más positivo es que, en ambos precedentes, el Athletic pudo sellar su pase a la siguiente ronda en San Mamés. Con la victoria por 0-2 sobre el Torpedo, firmada por Astrain y Lasa; y el triunfo por la mínima ante el Lokomotiv, gracias al solitario gol de Muniain