Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Los escuderos no cubren ese déficit realizador
La fiabilidad de Aduriz de cara a puerta descarga de mucha responsabilidad al resto de atacantes en la búsqueda del bien más preciado del fútbol. El ariete donostiarra acostumbra a soportar casi toda la presión del gol en solitario, impulsado por los impresionantes registros que lleva acumulados desde que entró en la treintena. Su particular edad de oro.
Esta temporada, aún estando lejos de su mejor nivel, sigue liderando al equipo en esta faceta. Pero en las últimas jornadas le está costando encontrar el camino al gol y es en este momento cuando se echa en falta que los escuderos den un paso al frente para cubrir el déficit realizador durante la sequía del pichichi. En los ocho compromisos que han pasado desde el último tanto liguero de Aduriz, al Eibar, el equipo de Ziganda solo ha sido capaz de firmar cinco goles. Dos de Raúl Gracía, su mejor aliado en los últimos años, ante el Leganés, uno de De Marcos al Valencia y los de Susaeta y San José al colista.
Ninguno de los que han ocupado el puesto del ariete donostiarra en la punta de ataque, Sabin Merino en el Camp Nou y Williams en el resto de encuentros en los que Aduriz no ha formado parte del once titular, está en esa corta lista de los que han alojado el balón en el fondo de las mallas durante esta sequía que arrastra el pichichi rojiblanco. Y en cinco de esos ocho compromisos ligueros acumulados sin goles del killer la portería rival se ha quedado totalmente inmaculada