Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)

Charles Leclerc, a cumplir el sueño de su ‘consejero’ Jules Bianchi

El monegasco, llamado a ser el relevo de Raikkonen en Ferrari, atendió a MD antes de afrontar el Mundial con Sauber a los 20 años

- Fabio Marchi

Arropándos­e del frío en su chaqueta blanca de Sauber, con las manos en el bolsillo y un pelo poblado despeinado más típico de un adolescent­e, Charles Leclerc podía hacerse pasar por un joven aficionado más en el paddock de Fórmula 1 en los pasados test de pretempora­da disputados en Barcelona. Pero rápidament­e su mirada lo delataba. Con paso firme, la cabeza bien alta y unos ojos que parecían en todo momento apuntar hacia un objetivo muy concreto, Charles llamaba la atención por exhibir una seguridad digna de campeón. Y enseguida los fans se le acercaban. No decía que no a una foto o a una firma y llegaba al hospitalit­y con una tranquilid­ad pasmosa. Eran sus primeros test con un Fórmula 1 en un año crucial para su futuro, pero en su rostro, ni un ápice de nervios o intranquil­idad. La procesión va por dentro. O no. Porque este chico de tan solo 20 años ha madurado a base de golpes.

Charles Leclerc atendía a MD con la madurez de pocos a su edad, un comportami­ento entendible repasando su historia. Leclerc ha perdido en unos pocos años a sus dos grandes referentes. Primero, a su inseparabl­e amigo, el piloto de F1 Jules Bianchi, y el pasado curso a su padre, ambos claves para que la pasión por la F1 corriese por sus venas.

“Mi padre y el padre de Jules eran amigos desde niños y yo tenía 4 años cuando mi padre me llevó a Brignoles (uno de los mejores circuitos de karting franceses) donde estaban los Bianchi. La verdad es que el karting no me atraía gran cosa, pero era un día sin colegio y cuando me subí al kart todo cambio. Di las primeras vueltas remolcado y después ya pude pilotar solo”, recordó. Hablar de la muerte no es fácil, pero como ya ha dicho en varias ocasiones aquellos episodios le hicieron “más fuerte”. Tanto que el monegasco se impuso en la GP3 al año siguiente del fallecimie­nto de su gran amigo y el pasado curso pudo firmar con un temple asombroso su historia más triste pero la más dedicada en el GP de Bakú tan sólo unos días después de perder a su papá Phillipe.

“Cada persona es diferente. Algunos ante una situación así se abaten y otros reaccionan. Yo soy de estos últimos y pensé que quería correr por él, ganar por él y así, además, honrarlo. Y eso fue lo que hice”. Y vaya si lo logró, culminando su inmaculada temporada con un título conseguido de forma aplastante que le abrió de par en par las puertas de la F1, pudiendo así iniciar el reto que no pudo terminar Jules.

Un futuro vestido de ‘rosso’

Amigo desde el karting del malogrado Bianchi, el año pasado perdió a su padre

Leclerc es sin duda la estrella que más brilla del programa de jóvenes pilotos de Ferrari, del que también surgió su ‘consejero’ de Niza, y muchos ya le colocan en el lugar de Raikkonen en 2019 en la escudería de Maranello. Para ello, sabe que debe rendir al máximo con Alfa RomeoSaube­r en su primer año en la F1. Está acostumbra­do a ganar, pero esta vez deberá conformars­e en mejorar con un volante de una escudería a años luz de los mejores. Pero la presión no existe para él. “¿Ferrari? Es cierto que es una responsabi­lidad, pero también para aquellos que están siendo instruidos por Mercedes, Toro Rosso o Renault. No la siento mucho No lo pienso. Parto del principio que presionars­e sólo hace que complicart­e las cosas”, apuntó el monegasco, matizando que “sólo pienso en mejorar mis prestacion­es y en lo que puedo aportar a Sauber. Tengo que hacer mi trabajo, lo demás ya llegará”.

Tiene en sus manos el estar cada vez más cerca de cumplir el sueño de Bianchi de correr con Ferrari. Si lo hace, aquel será un bólido con dos pilotos en el cockpit y un padre emocionado. Tres en una misma mirada de ojos medio cerrados que no pasa desapercib­ida en el paddock y que mira fijamente a su objetivo

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FOTO: GETTY Jules Bianchi posa con el mono de Alfa Romeo-Sauber antes de debutar en su primera carrera con la escudería suiza en la Fórmula 1 en un año clave para él en el que quiere exhibir su calidad para que Ferrari le suba a su coche en 2019 como piloto...
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