Cosquillas para los ultras

L a comisión de Control, Ética y Disciplina de la UEFA decidió el jueves multar con 30.000 euros al Olympique de Marsella y prohibir la venta de entradas a su afición para los dos próximos partidos que juegue como visitante, eso sí, el segundo condicionado a su comportamiento, por los incidentes ocurridos en San Mamés. A sí no. La violencia en las ciudades y dentro de los estadios continuará mientras no se tomen decisiones mucho más contundentes. ¿Alguien se cree que estas medidas adoptadas por la UEFA contra el club francés pueden hacer retroceder a sus ultras? El que firma este artículo, no. No imagino a los radicales del club francés ni de ningún club europeo, incluido el Athletic, haciendo examen de conciencia a raíz de ello ni cambiando de actitud en el próximo desplazamiento que puedan realizar. Más bien al contrario. Cuando tengan la posibilidad de volver a viajar volverán a reincidir como lo hacen cada vez que tienen oportunidad. L as medidas que sí tuvieron efecto fueron las que adoptó el máximo organismo europeo a raíz de la tragedia de Heysel ocurrida en 1985. Entonces, sancionó a los ingleses sin poder disputar competiciones europeas durante cinco años y al Liverpool, durante diez años que posteriormente fueron rebajados a seis. Con esta postura, se produjo un punto de inflexión en el comportamiento de los hooligans. E n los últimos años se ha vuelto a recrudecer la violencia en el fútbol y no queda más remedio que tomar decisiones mucho más drásticas, nada que ver con las que adoptó la UEFA el jueves, que únicamente sirven para hacer un poco de cosquillas a todos los ultras que aprovechan el fútbol para sacar a pasear su faceta más animal