Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Ziganda no tiene la flor de Valverde
El Celta encontró esta vez la dosis de acierto y fortuna que le faltó en sus anteriores visitas a San Mamés
El empate registrado el pasado sábado ante el Celta dejó un mal sabor de boca entre los aficionados del Athletic. El equipo de Ziganda fue muy superior al vigués durante buena parte del choque, pero se vio claramente superado en la recta final del mismo. El solitario gol de Núñez, dicho de otra manera, fue una renta insuficiente para atar los tres puntos, tal y como quedó comprobado en el minuto 91 tras el tanto del empate de Méndez.
El técnico navarro, aun reconociendo posteriormente que Aduriz es actualmente el mejor delantero de su plantilla, apostó de partida por Williams como delantero centro. Todo un riesgo a tenor de los números del bilbaíno durante la presente Liga en San Mamés: ni un solo gol en su haber. El donostiarra, pese a encontrarse muy por debajo de sus números habituales en temporadas precedentes, sigue siendo el pichichi con cuatro dianas.
Williams, justo es reconocerlo, realizó un buen partido en la punta del ataque. El rápido delantero del Athletic creó muchos problemas a los centrales visitantes dada su movilidad y rapidez. De cara a portería, eso sí, le faltó definición. Nada nuevo.
A falta de 20 minutos para la conclusión y con 1-0 a favor, Ziganda optó por dar entrada al otra vez suplente Aduriz en sustitución de Córdoba. El donostiarra pasó así a ejercer en su puesto habitual mientras Williams se trasladaba a la banda derecha. El paso del tiempo y los dos cambios restantes (el de Lekue obligado por los problemas físicos de Balenziaga) vinieron a demostrar que esa no era la mejor solución para atar el 1-0.
El Celta, con todo perdido, se decidió a dar un paso hacia delante y el Athletic, con Beñat ya en el puesto de Raúl García, empezó a sufrir atrás y a perder salida en ataque. Nadie era capaz de suministrar balones en condiciones a Aduriz y Williams, auténtica pesadilla para los vigueses, empezaba a pagar las consecuencias de tener que correr también hacia atrás. Unzué, sin duda, debió agradecer los cambios del Athletic. Sus pupilos, también.
El conjunto celeste encontró esta vez en el minuto 91 la dosis de acierto y fortuna que le faltó en sus anteriores visitas ligueras a San Mamés con Valverde en el banquillo. Todavía cuesta creer que los leones fuesen capaces de ganar algunos de aquellos duelos asistiendo al meneo vigués al que asistieron. El fútbol, claro está, no entiende de dominio ni ocasiones; sino de goles. El Celta hizo esta vez menos que en años anteriores, pero consiguió más. Ziganda, análisis meramente futbolísticos al margen, carece de la flor de Valverde.
El factor arbitral
Del Cerro se tragó dos claros penaltis a favor del conjunto de Kuko en la primera mitad
A la hora de analizar este último partido de San Mamés conviene también tener en cuenta el factor arbitral. Del Cerro Grande se tragó dos claros penaltis a favor del conjunto bilbaíno durante el primer tiempo y sembró la duda en otra tercera acción discutible tras el descanso. La mano de Cabral dentro de su área en el minuto siete fue muy clara. El derribo de Jonny a Williams en torno a la media hora de juego, también. Lejos de acertar en esta segunda polémica acción, el colegiado ahondó en el error al señalar falta en contra de los leones y mostrar amarilla a Williams por simular caída