Aduriz es insustituible

H oy todo el mundo seguirá hablando del partidazo de Williams, del feliz regreso de Muniain, del futuro de Ziganda, de la gran actuación de Córdoba, del encomiable trabajo de Iturraspe y San José en la zona ancha, de la brega de De Marcos y Susaeta, de la sobriedad de Iñigo Martínez y Núñez, del saber hacer y estar de Raúl García... Yo, en cambio, me sigo acordando de Aduriz. A l pichichi del equipo le tocó chupar banquillo en Villarreal por quinto partido de Liga consecutivo. Esta vez ni siquiera llegó a saltar al césped. El míster prefirió apostar de principio a fin por otro nueve. N o tiene que ser fácil para el donostiarra pasarse todo un partido como suplente. Tampoco debe resultar sencillo para el míster prescindir de los servicios de su futbolista más cualificado a la hora de batir las porterías rivales. El interés del grupo, en cualquier caso, debe prevalecer por encima del de cualquier individualidad y Ziganda ha optado por jugársela a otra carta de un tiempo a esta parte. D udar de Aduriz carece de sentido. El veterano delantero del Athletic ha hecho lo posible y a veces hasta lo imposible por ayudar al equipo. Un profesional de los pies a la cabeza. Un futbolista implicado como pocos. I ntuyo que el donostiarra no lo estará pasando nada bien en el banquillo. Hablamos de alguien acostumbrado a participar en todas las batallas. De un futbolista que nunca da nada por perdido. De un ganador nato. A duriz sigue teniendo presente y futuro en el Athletic. Que nadie lo ponga en duda. Aquellos ‘aprobetxategis’ que recurren a la actual coyuntura para criticar su renovación tendrán que tragarse sus palabras. Al tiempo. El club rojiblanco le debe mucho, muchísimo, a su actual pichichi