Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
SIN MILAGRO
El cuadro de Guardiola quedó eliminado de la Champions tras perder otra vez ante el Liverpool El técnico catalán fue expulsado y el City se deshizo en el segundo tiempo ante un cuadro de Klopp letal
El City cuajó un gran primer tiempo pero no le dio para remontar la eliminatoria
Punto final del City en Europa. El milagro no fue posible ante un Liverpool que estuvo contra las cuerdas durante buena parte del primer tiempo, recuperado tras el descanso, reencontrado con las semifinales de la Champions diez años después (1-2). Un triunfo a domicilio que, a pesar de no merecerlo, concluyó con la emoción en una eliminatoria en la que el conjunto de Klopp fue mejor en más fases que el City, sobre todo en Anfield pero no tanto en el Etihad.
De entrada, al Liverpool le superó la escena, casi irreconocible, a merced de la voluntad de un City que jugó a contrarreloj. No le sobraban minutos al cuadro de Guardiola, obligado a una gesta mayúscula. Por eso el entrenador catalán sorprendió con su esquema, más escalonado que nunca. Con tres centrales, situó a De Bruyne cerca de Fernandinho y le dio libertad a Silva. Con Sané y Bernardo enganchados a la cal, Sterling y Gabriel Jesus se asociaron en la punta.
No tardaron en hacerlo el inglés y el brasileño, tras una errónea decisión de Van Dijk que le costó cara. Fernandinho, vertical, envió un pase medido para que Sterling, con un toque sutil, dejara solo a Gabriel Jesus, que solo tuvo que acompañar el balón a la red para delirio de la afición (2’).
Un imprevisto con el que no contaba Klopp, desesperado en el área técnica, incapaz de reconocer a sus hombres. Prueba de ello fue la desconexión del tridente ofensivo, apenas incisivo, nada que ver con el temor que sembraron hace una semana en Anfield. El Liverpool arrastró su desliz durante todo el primer tiempo, desahogado en un par de acciones en las que Salah y Chamberlain combinaron con cierto criterio. Lo único destacable de un equipo que jugó con fuego.
La reacción del City tras caer en el derbi fue encomiable. No solo desde el punto de vista mental sino también desde el deportivo, brillante en la interpretación del juego. La eficacia, sin embargo, fue de nuevo la asignatura pendiente de los locales, frustrados tras dos ocasiones de Bernardo, una de ellas estrellada en la madera. La otra, al filo del descanso, acabó en gol de Sané, aunque Mateu Lahoz decidió anularlo por un fuera de juego inexistente.
El golpe definitivo
Le fallaron las fuerzas al City tras el intermedio, dominador sin avasallar, en busca de un gol que les acercase a la prórroga. Pero el Liverpool, que esperaba su momento, lo encontró. Chamberlain citó a Mané, se coló entre centrales y Salah, en el rechace, definió con un toque preciso para dejar casi sentenciado el pase a las semifinales de la Champions. Casi porque el City lo intentó hasta el final, orgulloso pero con evidentes señales de agotamiento.
Con Pep en el palco, el cuadro celeste se fue deshaciendo como terrón de azúcar en el café, hasta encajar el segundo, obra de Firmino, consecuencia del desconcierto y del error de Otamendi, que permitió que el brasileño, solo ante el arquero, definiera a la base del palo (76’). Fue un colofón desagradable a una buena reacción del City, creyente de que la gesta era posible, pero los milagros lo son porque ocurren muy de vez en cuando. Y el de esta edición de la Champions sucedió en Roma