Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
“Tokio 2020 hay que pelearlo, pero no es una locura”
Con 35 años, Elena Loyo logra la mínima para el Europeo en la segunda maratón que disputa
Nunca es tarde si la dicha es buena. Y la dicha de Elena Loyo lo es. A los 35 años, una edad a la que la mayoría de los deportistas empieza ya a pensar en la retirada, la alavesa se encuentra dando sus primeras pasos en el atletismo de elite. Y lo hace con paso firme. Hace poco más de dos semanas, el 24 de marzo, vivió su bautismo en competición internacional con una 55ª plaza en el Mundial de media maratón celebrado en Valencia, en la que fue la segunda atleta estatal por detrás de su compañera del BM Bilbao, Trihas Gebre. Y el pasado domingo fue más allá al acabar sexta en la Maratón de Milán y, de paso, lograr la mínima para los Campeonatos de Europa de atletismo que se disputarán en Berlín en agosto.
Lo más increíble de todo es que la de hace tres días en la ciudad italiana fue la segunda carrera de 42 kilómetros que Loyo disputaba en su vida. Se estrenó hace poco más de un año en Sevilla (febrero de 2017) y la progresión es impresionante. Entonces completó el recorrido en 2h38’45’’. En Milán hizo un registro de 2h33’19’’. “Con respecto a la maratón de Sevilla, que no la pude entrenar como quisiera, la sensación de esfuerzo fue menor. No vi el muro ni el hombre del mazo”, señala con humor.
Tan sobrada iba la de Ametzaga de Zuia que entró en meta con 1’11’’ de diferencia respecto a la mínima: “En la maratón, como pueden pasarte tantas cosas, hasta que no llegas a meta y ves la marca, no te sientes nunca con demasiada holgura.
Pero al final lo logramos con un amplio margen y estoy muy contenta”.
Todo esto es el fruto a la decidida apuesta que la alavesa realizó hace tres años. Para entonces, llevaba unos cinco fajándose en carreras populares: “Veía que andaba bien y que iba subiendo escalones, pero llegó el momento en el que tenía ganas de entrenar más en serio y de que fuera con Martín Fiz”.
Bajo la tutela del excampeón mundial de maratón, la progresión de Loyo se disparó. El año pasado quiso dar otro salto al fichar por el potente BM Bilbao. “Está siendo una experiencia muy bonita, me alegro mucho de haber dado el paso, aunque sigo entrenando con mis compañeros del Alimco Running Fiz”, apunta.
Miembro de una familia muy deportiva -es prima de Javier Ruiz de Larrinaga, cinco veces campeón de España de ciclocross-, Loyo batió el domingo en Milán el mítico récord vasco femenino de maratón que poseía Mª Luisa Irizar desde 1991 (2h36’28’’). Un logro que le hace “muchísima ilusión”, casi tanta como una mínima que, de momento, no garantiza su presencia en el Europeo de Berlín: “De momento estamos en la preselección y eso ya es una buena noticia. Estamos siete atletas para seis plazas. Luego habrá una prueba de lactatos y habrá que demostrar que estamos en buena forma para pasar la criba”.
Acudir al Europeo supondría a sus 35 años “lo mismo que con 30 y 25, una alegría enorme”. Pero Loyo no se conforma con eso y tiene una meta más ambiciosa: Tokio 2020. ¿Una locura? “No, claro que no. Hay que trabajar mucho y pelearlo. Hay retos anteriores, pero está en mente, desde luego”, asevera Loyo