Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Como Bielsa en el Pizjuán
No se trata de comparar ambas temporadas ni tampoco las capacidades de los técnicos porque por estos lares es mentar a Bielsa y más de uno afila los cuchillos. Otros tienden a santiguarse. Únicamente se trata de coger un partido de forma individual, con las dificultades que eso conlleva, y analizarlo de la manera más fría posible. Lo que hizo el Athletic de Ziganda en el Estadio de la Cerámica fue una de las mayores exhibiciones ligueras a domicilio en los últimos años. Similar a la que ofreció el equipo rojiblanco, con Bielsa a los mandos, en el Pizjuán en la campaña 2011-12. Que cada uno se quede con la que más le guste.
Que el Athletic sea capaz de sacar algo positivo de un feudo como el del Villarreal es digno de elogio, al margen de qué plantilla disponga y de quién sea el inquilino del banquillo. Porque los números de los leones visitando a los grandes de la Liga en el presente siglo son para echarse a temblar.
El conjunto bilbaíno ha disputado un total de 103 encuentros a domicilio en el siglo XXI frente a Barça, Real Madrid, Atlético, Sevilla, Valencia y Villarreal. Los equipos que, junto al Athletic, han copado la zona noble de la tabla la mayoría de temporadas. Los leones solo han sumado 10 victorias. Han empatado 19 veces y han encajado 74 derrotas. El balance de goles también es significativo: 239 en contra y 92 a favor. No es habitual que el Athletic gane a una escuadra que marchaba en quinta posición hasta la jornada pasada. Y menos de la forma que lo hizo. Fue una noche redonda de principio a fin. Desde que los bilbaínos forzaron su primer córner a los 30 segundos en una evidente declaración de intenciones hasta la sentencia de Muniain. Si a un aficionado zurigorri le dan la opción de escribir el guion del partido antes de que empezara, no le sale tan perfecto.
El mejor partido de Williams
Hubo aspectos positivos para aburrir. De hecho, lo único negativo que se puede decir del equipo es que la victoria fue corta para la ingente cantidad de oportunidades que fabricó. Para mí, la mejor noticia fue que el Athletic soltara semejante partidazo con Aduriz observando todo desde el banquillo. Al menos pensando en el futuro. Habrá vida más allá de Aritz, pero tampoco jubilen al 20 antes de tiempo porque todavía le quedan goles por marcar.
No creo que sea descabellado asegurar que el partido de Williams contra el Villarreal ha sido el mejor de los 156 que ha jugado vistiendo la rojiblanca. Que podía romper por velocidad a la espalda de la defensa rival era algo que ya estaba en su manual. Sin embargo, mostró un par de facetas nuevas. Tuvo ese segundo de pausa dentro del área que tanto se le demandaba, vital para tomar las decisiones correctas, y contribuyó jugando de espaldas fuera del área.
El Athletic ha demostrado que puede jugar a otra cosa. Mostró buenas maneras ante el Celta y le dio continuidad en tierras mediterráneas. Mérito de Ziganda. Tengo la sensación, por el tipo de delanteros que empleaba en el filial, que Kuko está más cómodo con este estilo que teniendo dos referencias arriba que aporten menos movilidad. Pero, por unas cosas o por otras, no ha hecho la apuesta hasta que ha estado todo perdido. También es difícil reducir la participación de dos depredadores del área como Aduriz y Raúl García.
El Athletic lo bordó en Villarreal, sin embargo noventa minutos no tapan todos los males del curso. Han hecho falta 47 partidos para encontrar uno redondo. Eso sí, los leones tienen este sprint final de Liga para quitarse el mal sabor de boca. Sin obsesionarse con la clasificación. Que sigan por la línea de las dos últimas actuaciones ligueras y que acaben donde tengan que acabar