La reivindicación del meta del futuro

La estadística resume el partido de Kepa Arrizabalaga, portero del Athletic, ante el Real Madrid con estas cifras: 9 paradas, 2 centros atajados, 22 remates recibidos, 13 recuperaciones y 1 gol encajado en 90 minutos de asedio merengue. Con 49 toques, fue el cuarto jugador del ‘Kuko’ Ziganda que más veces entró en contacto con el esférico, por detrás de Balenziaga, Iturraspe y Raúl García.

Pero más allá de los fríos números, Kepa salió del Bernabéu con una doble e íntima satisfacción personal: la de haber contribuido a que su equipo lograra un punto (tuvo los tres en el remate de Raúl García escupido por el travesaño de Keylor Navas) y la de haber demostrado que el Real Madrid se equivocó en el pasado mercado de invierno, cuando no se atrevió a dar el último paso al frente y cerrar su fichaje. Una contratación que el entorno mediático blanco (y no sólo él) daba por hecha desde varias semanas atrás pero que finalmente derivó en la renovación del jugador por el Athletic hasta junio de 2025. Una firma que, de paso, multiplicó su cláusula de rescisión desde los 20 hasta los 80 millones de euros.

A sus 23 años, Kepa demostró en Chamartín que hay portero para rato, para mucho rato, en San Mamés. Rápido bajo los palos, decidido en las salidas y certero en los despejes, sólo Cristiano Ronaldo, de tacón y con algo de fortuna, logró burlarle.

Fue la reivindicación del portero del futuro. Del segundo guardameta, tras De Gea, que se le escapa a Florentino Pérez de entre los dedos en los últimos años

FOTO: JA SIRVENT Un seguro bajo los palos. Kepa Arrizabalaga demostró ante el Real Madrid que el cuadro blanco se equivocó con él