Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Todos contra Froome y Dumoulin
Tal como hicieran la Vuelta a España y el Tour de Francia 2017, el Giro empieza con una contrarreloj con el atractivo de disputarse en Jerusalén
Las ruedas de las bicicletas todavía no habían empezado a rodar y los máximos favoritos a la victoria final, a copar las fotos de los flashes y la atención de los aficionados, ya empezaron ayer a marcar distancias y a posicionarse con sus declaraciones en las conferencias de prensa previas al inicio hoy en Israel de la 101ª edición del Giro de Italia. La primera gran vuelta de la temporada calca su inicio de 2016, cuando empezó en tierras holandesas con una contrarreloj de 9,8 kilómetros, en la que la victoria correspondió a Tom Dumoulin, aunque el triunfo final hace dos años fue para el italiano Vincenzo Nibali, ausente este año y que en Países Bajos quedó a 16” de un Dumoulin que abrazaría la gloria al conquistar su primera ‘grande’ en Milán en 2017.
‘La Mariposa de Maastricht’ llega al inicio del Giro en plena madurez, con 27 años, con un Giro y un Mundial a sus espaldas y con la experiencia de haber solventado con maestría las situaciones delicadas que sufrió en la pasada edición. “El año pasado aprendí a superar las dificultades. Ahora tengo mucha más confianza en mi mismo que hace unos meses”, señalaba el de Sunweb, quien reconocía que “tal vez al comienzo de la temporada quise exponerme demasiado al mundo, realmente quería ganar y las cosas no fueron bien” y se mostraba esperanzado en lograr un buen resultado en la CRI inicial, que sin duda le aportaría tranquilidad. “Sería bueno lograr un buen resultado y quizá ganar la contrarreloj, pero no sería el fin del mundo si las cosas se pusieran complicadas el primer día”.
Si Dumoulin tiene el aliciente de revalidar la victoria de 2017 y ganar dos ediciones seguidas –lo que nadie ha sido capaz de hacer desde las ediciones de 1992 y 1993 con Miguel Indurain–, Chris Froome tiene una motivación extra, por buscar ser el mejor en tres grandes vueltas seguidas, por ganar su primer Giro y por demostrar que es un ciclista limpio y que es ’ajeno’ al positivo por salbutamol de la Vuelta 2017. “Regreso al Giro para ganar. Por la forma que tuve en el Tour de los Alpes estoy listo para ganar, pero no puedo predecir el resultado a lo largo de tres semanas. Dispongo de un equipo muy completo a mi alrededor para todos los momentos de la carrera y no confiaré sólo en la contrarreloj para conquistar el Giro”, destacó el cuatro veces ganador del Tour, a quien hace días se vio reconociendo la etapa del Monte Zoncolan y la contrarreloj del Trentino.
Como no podía ser de otra forma, el líder del Sky tuvo que responder ayer por enésima vez una pregunta sobre su dopaje –y seguro que no será la última– y de nuevo pidió calma. “No he hecho nada malo y lo demostraré. No me juzguéis todavía y esperad a tener toda la información”.
En un segundo plano,Fabio Aru es la gran esperanza italiana. El líder del UAE busca su primera victoria tras ser 2º en 2015 y 3º en 2014, comenzando con una contrarreloj en la que parte en desventaja respecto a sus principales rivales. “No será fácil. Tenía un gran deseo de volver al Giro y llego en el momento adecuado para ganar”, reconoció el de Cerdeña, quien señaló al viento y al calor como posibles condicionantes del desarrollo de la etapa inicial.
En la misma tesitura que Aru se encuentran otros apellidos ilustres del Giro, como los de Thibaut Pinot, Miguel Ángel López, Esteban Chaves o Sam Bennett, corredores a los que la lucha contra el crono no se les da especialmente bien y cuya máxima hoy tiene que ser la de cumplir y no perder excesivo tiempo con vistas a mantener el depósito de la moral a rebosar ante un Giro que siempre es impredecible