Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
La Juventus revalida la Coppa
La ‘vecchia signora’, con un Donnarumma que actuó de cómplice, goleó al Milan y ya solo piensa en cerrar el doblete cuanto antes
La Juventus lo volvió a hacer. Por cuarto año consecutivo logró levantar la Coppa de Italia, esta vez ante el Milan (4-0), que se las prometía felices después de ganar en la última final que disputó ante la ‘vecchia signora’, en la Supercopa de 2016.
La imagen del partido estuvo en las porterías. Buffon, casi inédito, levantó el último título, a expensas de la Serie A, de su inagotable y gloriosa carrera, ensalzada una vez más. Donnarumma, la joven promesa, demostró que todavía no está maduro y puso la alfombra a la victoria de la Juventus con dos fallos graves que terminaron de sentenciar al Milan cuando aun quedaba poco menos de media hora de partido.
Fue un partido por la Coppa pero muy poco a la italiana, como suelen ser los grandes partidos en el país de la bota. De ‘catenaccio’ se vio poco, por no decir nada, y fue un duelo en el que se buscó la portería rival con insistencia. Más la Juve, superior en el centro del campo, que el Milan, que puso sus esperanzas en Bonaventura y Suso. Khedira fue el primero en probar fortuna tras quedarse solo en el área pero Donnarumma, que estuvo muy bien hasta la segunda mitad, evitó el tanto. Cutrone tuvo la más clara para el Milan en el primer tiempo, pero disparó centrado a las manos de Buffon. Entonces empezó a aparecer, para desgracia milanista, Dybala y Douglas Costa, que probaron varias veces al joven ‘Gigi’, sin fortuna. Como la de Bonaventura antes del descanso, con un trallazo que rozaba la escuadra.
Todo se resolvió tras el descanso. Dybala, tras dejar cuatro atrás, obligaba a Donnarumma a lucirse y esa sería la última vez que lo haría. Acto seguido, Romagnoli perdió la marca en un córner y Benatia hizo el primero (56’). En la siguiente, Douglas Costa disparó y a Donnarumma se le escapó el balón de las manos, que entró al fondo de las mayas y hundió al portero ‘rossoneri’ (61’). Su noche de terror solo hizo que empezar y, de nuevo, volvió a dejar escapar el esférico para regalar el rechace a Benatia, que hizo el tercero de la noche (64’). Kalinic, que salió en el descanso, se unió al desastre y cabeceó en su propia portería, en una jugada en la que el portero del Milan también pudo hacer algo más (76’).
Sin comerlo ni beberlo, y en cuestión de 20 minutos, el Milan dejó escapar una Coppa que vuelve a las manos de su poseedor los cuatro últimos años. Una dictadura que parece no tener fin, aunque faltará ver que es de la Juve sin Buffon