Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
LA GRAN BATALLA
Warriors y Rockets, los grandes favoritos al título, se verán las caras en la final de la Conferencia Oeste Son los dos mejores ataques de la historia moderna de la NBA, aunque lo logran con diferentes estilos
Se cumplieron los pronósticos y los dos mejores equipos del Oeste durante la temporada regular, Houston Rockets y Golden State Warriors, disputarán a partir del próximo lunes las finales de Conferencia. Se trata del paso previo de la final NBA, pero esta serie de hecho es considerada por muchos como la final anticipada. Houston Rockets, el mejor equipo de la fase regular (65 victorias y 17 derrotas), contra los Warriors, los vigentes campeones (58 y 24).
Los Rockets se clasificaron después de vencer por 112-102 a los Utah Jazz gracias a la gran actuación del base Chris Paul, quien en 38 minutos en pista firmó 41 puntos (8/10 triples), 10 asistencias, 7 rebotes y ninguna pérdida de balón, algo que nunca había logrado en toda la historia de los playoff. James Harden le secundó con 18 puntos, aunque erró 15 de sus 22 tiros de campo. La ausencia por quinto partido consecutivo del base Ricky Rubio pesó bastante en los Jazz, que volvieron a estar liderados por el ‘rookie’ Donovan Mitchell (24 puntos, 22 de ellos en el tercer cuarto).
Es la segunda vez que los Rockets llegan a la final de la Conferencia Oeste en los últimos cuatro años. Hace dos temporadas quedaron eliminados por los Warriors (4-1), aunque en esta ocasión tendrán ventaja de campo.
Por su parte, los Warriors vencieron a los Pelicans (113-104) y también pasaron ronda con un 4-1. Stephen Curry (28 puntos, 8 asistencias y 7 rebotes) mostró un gran nivel de juego en su cuarto partido disputado tras su lesión, lo que apunta a que está cada vez mejor físicamente. Kevin Durant (24 puntos), Klay Thompson (23) y Draymond Green (19 puntos, 14 rebotes y 9 asistencias) también fueron importantes. Entre estos cuatro jugadores metieron el 83,1% de los puntos del equipo (94 de 113). Anthony Davis (34 puntos y 19 rebotes), Jrue Holiday (27 puntos, 11 asistencias y 10 rebotes) y Nikola Mirotic (12 puntos) no fueron suficiente para el conjunto de New Orleans.
Fue la victoria número 15 consecutiva de los Warriors en casa, lo que les permite igualar el récord que los Chicago Bulls de Michael Jordan lograron entre 1990 y 1991.
Según apunta el departamento
de estadística de la ESPN, este Rockets-Warriors es la eliminatoria entre los mejores equipos ofensivos de la historia moderna de la NBA. Desde la temporada 1973-74 no ha habido un duelo de playoff entre dos conjuntos cuyos ataques estuvieran por encima de los 112 puntos por cada 100 posesiones. Estos Warriors han anotado esta temporada 112,24 puntos por cada 100 posesiones (son líderes de la NBA en este aspecto), mientras que los Rockets han logrado 112,23 por partido (segundos en el ránking). La distancia es tan corta que si el equipo de Houston hubiera metido un tiro más durante la fase regular se hubiera aupado al primer puesto.
Ambos, sin embargo, consiguen esa tremenda efectividad de formas diferentes, es decir, con estilos de juego distintos. Los Warriors apuestan más por el movimiento
James harden
Si lo damos todo sabemos que somos muy difíciles de batir”
Draymond Green
Han dicho a todos que han hecho un equipo para ganarnos. Ahora hablaremos en la pista”
de jugadores y por compartir el balón, mientras que los Rockets se basan más en los ‘uno contra uno’, es decir, en aclarados. A partir de ahí tienen los mismos objetivos, es decir, principalmente conseguir tiros desde debajo del aro (bandejas o mates) o lanzamientos de tres puntos. Lo logran, en definitiva, por diferentes caminos.
Los Warriors marchan terceros en cantidad de pases dados por partido y son el número 20 (de 30 en jugadas de ‘uno contra uno’. Los Rockets son primeros en el uso de los aclarados. Los Warriors son primeros en la utilización de los bloqueos indirectos y ahí los Rockets están en la posición número 30. “Ellos ya saben cómo jugamos nosotros y nosotros ya sabemos cómo juegan ellos”, resumió Durant. “Si damos todo lo que tenemos sabemos que somos un equipo muy difícil de batir”, aseguró Harden. Y Green remachó: “Han estado diciendo a todo el mundo que han construido un equipo para ganarnos. Es la hora de hablar en la pista”