Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Boca ya es bicampeón
Ganó su segunda liga argentina batiendo récords pero también generando dudas
Boca Juniors se proclamó bicampeón de Argentina en la madrugada del viernes al conseguir el punto que le faltaba en el partido pendiente ante Gimnasia en La Plata (2-2) tras adelantarse dos veces con goles de Pablo Pérez y Ramón Ábila. A una jornada del final del campeonato, Boca aventaja en 4 puntos a Godoy Cruz.
Si es verdad aquello de que el campeón siempre es el mejor, nadie pondrá en tela de juicio la realidad: Boca se quedó con su segunda liga argentina consecutiva (3 de las últimas 4), ganó más y perdió menos partidos que ningún otro, nunca dejó el liderato (acumula 44 jornadas seguidas) en cabeza y hasta inscribió algunos récords en la historia del club, como el de los 8 triunfos en las 8 primeras jornadas.
Desde los números no queda nada para reprocharle al equipo de Guillermo Barros Schelotto: acumula 18 victorias, 3 empates y 5 derrotas, una diferencia de goles de +28 y en 11 partidos acabó imbatido. Además, lleva la incomparable cifra de 515 días seguidos de líder.
Sensación ambigua
Sin embargo, pese a todos esos datos arrasadores, queda una sensación ambigua con este equipo ‘xeneize’ que fundamentalmente parte de los propios aficionados. Por un lado, porque tras sacar una amplia ventaja en la primera mitad del torneo, ha acabado sufriendo casi hasta el final para entonar el alirón, enmarcado en una notable caída en su nivel de juego.
Y por otra parte, porque en medio de esa cierta regularidad en la liga, fue eliminado en octavos de la Copa Argentina por Rosario Central, perdió la Supercopa en un mano a mano con River y en la Copa Libertadores, a una jornada para cerrar la fase de grupos, no depende de sí mismo para pasar ronda.
Gago-Benedetto a Pavón-Ábila
Si algo destaca de este campeón es su capacidad de reinvención permanente, y ése es un punto a favor de un cuerpo técnico que en varios momentos de la temporada estuvo en el ojo de la tormenta. Las lesiones fueron un mal constante que afectó al equipo y, más allá de los vaivenes en el nivel de juego, los mellizos Barros Schelotto siempre encontraron una solución.
El Boca de la primera parte del torneo fue el de Fernando Gago y Darío Benedetto. El exmadridista manejaba los hilos de un equipo al que a ratos hacía brillar y el delantero centro mandaba a la red todo lo que le pasaba cerca, a tal punto de que llegó a la selección, donde compartió ataque con Leo Messi.
Pero ambos se lesionaron gravemente y tocó adaptarse a los cambios. El regreso de Carlos Tevez de China a mitad de temporada no fue solución y Cristian Pavón, que hasta entonces había sido un notable complemento, se convirtió en pieza esencial hasta acabar como la figura del campeón. En el tramo final surgió en plenitud el goleador Ábila, que de los últimos 8 tantos anotó 6 y asistió en 2