Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Una ovación para Kuko
Se acabó el misterio. Era un secreto a voces, pero ya tiene la vitola de oficial. Ziganda no cumplirá su segundo año de contrato en el Athletic. Cierra el ciclo como lo que es: un caballero. Era lo que tocaba y lo asume. Los resultados mandan. Es el máximo responsable deportivo, no ha podido sacar el jugo al equipo y se marcha. Sin ruido. Pero no tiene que ser el único que pague los platos rotos. Los jugadores cuentan con su parte de culpa y más de uno debería seguir el camino de Kuko.
La escena de ayer en Lezama era evitable. A mi modo de entender hubo dos momentos en la temporada para finiquitar la relación entre el míster y el club. El primero, muy claro. Tras la debacle copera contra al Formentera. El segundo, antes de la eliminatoria frente al Spartak y después de un enero resistiendo a base de empates. He sido muy crítico con la labor de Ziganda, sin embargo he visto cosas que no me han gustado nada en el entorno. El Athletic no tiene que ser diferentepor aguantar aun entrenador más tiempo del debido. Eso es insensato y arriesgado. El Athletic tiene que ser diferente por mostrar respeto hacia todas las personas que componen el club, sobre todo ante una figura tan grande como es la de Kuko. Hay gente que celebra su marcha vía redes sociales o que directamente le falta al respeto. Lo primero es de mal gusto. Lo segundo es incompatible con ser hincha del Athletic.
Ziganda ha formado parte del club rojiblanco durante 14 años. Un periplo con muchas más luces que sombras. Me quedo con su gol europeo al Newcastle. Me quedo con su ‘hat trick’ al Rayo para evitar la promoción. Me quedo con el manteo en Cádiz tras ascender con el Bilbao Athletic. Me quedo con que por sus manos de formador hayan pasado Kepa, Yeray, Núñez, Lekue, Córdoba o Williams.
Si algo ha pasado no lo dirá
Un borrón no ensucia su trayectoria aunque sea el recuerdo más reciente. Que no haya tenido un buen año no debería rebajar ni un poco su condición de MITO en el Athletic. Sí, en mayúsculas. Como si ninguno de nosotros estuviéramos libres de tener una mala etapa en nuestros trabajos. Ziganda es pasado, pero continúa formando parte de la familia Athletic.
Al de Larrainzar se le vio emocionado en Lezama. “Es duro y triste para mí. Pero entiendo que lo más importante es el club”, declaró. Me apena este final, aunque era necesario. No ha sido su momento. Hizo méritos de sobra para ocupar el banquillo, pero entre sus malas decisiones y las lesiones todo se fue al traste. No logró ser el Kuko del Bilbao Athletic. También es una lástima que el club pierda las capacidades como formador que ofrece Ziganda. Quiere entrenar y es respetable.
En los últimos días se ha levantado polvareda con ciertas declaraciones. Que si el entrenador no ha sacado el máximo a los jugadores. Que si destacaría a Núñez, Córdoba y Kepa. Tanto Mikel Rico como el navarro, que a nadie se le olvide que también tiró de autocrítica y se señaló como “el responsable”, tienen razón. Nadie ha estado a un nivel aceptable. Ni el técnico ni los jugadores.
Ziganda también ha recurrido con asiduidad al “ya hablaremos” cuando todo acabe. Sobre todo a la hora de colocar notas o de hablar del compromiso de la plantilla. Si algo ha sucedido en el interior de la caseta no lo va a hacer público. Porque Kuko es un hombre de club y no realizará declaraciones que dañen al Athletic. Pido una ovación para Ziganda el día del Espanyol. Que atruene el “Kuko, Kuko”. No tiene que estar reñido con mostrar el sentir general tanto al entrenador como a los futbolistas sobre lo que ha sido el curso