Un gran Barça B se aferra a la vida

El Barça B consiguió ganar donde menos lo esperaba justo cuando más lo necesitaba para aferrarse a sus posibilidades de evitar el descenso a Segunda B. El filial azulgrana completó su mejor actuación en mucho tiempo en uno de los escenarios más difíciles de la categoría, El Molinón-Enrique Castro Quini. El Sporting de Gijón, que sumaba diez partidos seguidos de local con victoria y firme aspirante al ascenso directo, fue víctima del arrebato de rebeldía futbolística del equipo ahora entrenado por García Pimienta. Después de once encuentros sin conocer el triunfo y siete consecutivos lamentando derrotas, el Barça B rompió esa nefasta serie gracias a los goles de Aleñá y Cardona, en la primera parte, y de Nahuel, a poco del final, tanto que supuso el 2-3 definitivo. Al Barça B le restan tres partidos por delante para soñar con la salvación y tampoco será ante rivalesbicoca, precisamente: Cádiz, Albacete en el Carlos Belmonte, y Zaragoza, marcan el horizonte del filial en pos de la supervivencia.

El primer triunfo de García Pimienta desde que relevó en el banquillo a Gerard López llegó producto del buen juego. También hubo que sufrir, sí, pero el guión inicial del Barça B fue ir a por el partido con valentía y determinación.

Pese al susto inicial de Michael Santos, con un remate el larguero, enseguida (m. 11) marcó el Barça con un gol de tiralíneas firmado por Aleñá, de chut raso, tras un pase de Cucurella. Tras el decimoprimer tanto en la temporada de Aleñá, candidato a subir al primer equipo, el Sporting se recompuso y Rubén García, con un disparo lejano, puso el 1-1 poco antes

de la media hora. El Barça B no se achicó y Cardona, tras una acción en la que participaron Aleñá y Nahuel, rubricó el 1-2 a siete minutos del descanso.

Insólita roja a Baraja

Ya en la segunda parte, Michael Santos aprovechó una mala salida del balón del Barça B para empatar otra vez (2-2). En la media hora final la tensión general se cobró dos víctimas. Una fue el técnico sportinguista, Rubén Baraja, al que le traicionó el subconsciente al agarrar al lateral culé Palencia cuando disputaba un balón medio metro fuera del campo. Segundos después de la lógica expulsión, llegó el golazo de Nahuel, con rosca a la escuadra contraria para certificar el definitivo 2-3 y, en los instantes finales, fue Ruiz de Galarreta, uno de los mejores del filial, quien vio tarjeta roja por doble amonestación. Pese a todo, el Barça B conservó ese 23 que le permite agarrarse a la vida