Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Olaizola pasa a su décima final
El de Goizueta supera por un claro 22-13 a Danel Elezkano en la semifinal del Manomanista en el Labrit
A la vejez, viruelas es una expresión que se utiliza para referirse a aquellas cosas que se realizan fuera de la edad pertinente y que se le puede aplicar sin ninguna duda a Aimar Olaizola, un pelotari que a sus 38 años se ha vuelto a colar en una nueva final del Manomanista, la disciplina más exigente, la que más sacrificio requiere y en la que todos quieren brillar. No hay dudas respecto a la calidad del de Goizueta. Sería de insensatos. Lo que realmente impresiona es cómo a su edad es capaz de superar físicamente a un rival preparado y en plenitud como Elezkano II y hacer que esa calidad que tiene siga luciendo como lo hacía en sus inolvidables duelos con Irujo, permitiéndole alcanzar su décima final y aspirar a su quinta txapela. Casi nada.
El Olaizola II que ayer jugó y ganó en el Labrit tiene poco que envidiar al Aimar veinteañero que dominaba las canchas, pero es que encima ahora tiene más experiencia. Planteó el partido a la perfección, buscó y encontró las cosquillas a Danel y, amparado en un gran saque, comenzó a construir la victoria.
Dos tantos de saque de salida y un pelotazo de Elezkano II que se fue arriba pusieron al de Goizueta con una bonita renta cuando aún no había roto a sudar (3-0). Pero Danel, que estaba siendo la sensación de esta edición, reaccionó rápidamente haciendo gala de una gran variedad de remates: un remate al ancho, una cortada, un dos paredes y un pelotazo pegadito a la pared le dieron su única ventaja del partido (3-4).
El saque como arma
A partir de ahí el dominio de Aimar se hizo patente. Recuperó el saque, sobre el que cimentó su dominio, y siempre bien situado sobre la cancha logró que fuera Elezkano quien tuviese que correr, normalmente hacia atrás, para devolver sus pelotazos. Y si se veía dominado, no dudaba en buscarle la derecha o los pies. La táctica estaba clara.
Un parcial de 6-0 comenzó a decidir el partido, pasando del 9-7 al 15-7. Elezkano II, que apenas hacía daño a Aimar con su saque, ya comenzaba a dar síntomas de cansancio y eso le pasaba factura en forma de errores. Un remate a la chapa de Aimar le devolvió el saque al de Zaratamo, aunque le duró poco porque Olaizola o recuperó con una perfecta volea.
Los tantos 8, 9 y 10 de Elezkano II