Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Los viejos rockeros nunca mueren
A los 38 años, Aimar Olaizola puede presumir de seguir rindiendo al máximo nivel. No es el único ejemplo
Desprende la ilusión de las primeras apariciones en el frontis y mantiene, si es que no lo ha superado, el nivel, poderío y garra de sus tiempos más mozos. Aimar Olaizola se encamina hacia su enésima final del Manomanista con 38 años y la vena competitiva oprimiéndole el pecho con fuerza.
El goizuetarra, con un contrato que le mantendrá en Asegarce hasta que sople 41 velas, no se siente perjudicado por la edad ni nota el peso de la vasta experiencia que acumula en ambas manos. Todo lo contrario. Parece haber vuelto a la flor de la vida, como les está sucediendo a otros deportistas que se acercan a los 40 y siguen dando el do de pecho sin amagar con desafinar. Está claro que los viejos rockeros nunca mueren.
Gianluigi Buffon, Manu Ginobili, Roger Federer, las hermanas Venus y Serena Williams... son solo unos pocos ejemplos de una madurez deportiva al más alto nivel, que están ahí y evidencian que el listón que hasta hace nada pendía sobre las carreras de los deportistas estaba en una altura demasiado baja.
Solo es una pequeña pero evidente muestra de una especie que no se encuentra en peligro de extin- ción, sino que es una estirpe que continuará y seguramente irá elevando ese límite todavía más en los próximos decenios.
Porque pasar la barrera de los 40 años y seguir en activo ya no es una utopía o un sueño inalcanzable. La propia evolución del ser humano, los hábitos de vi- da, la búsqueda de una alimentación sana y un cuidado milimétrico del cuerpo han permitido a muchos deportistas alargar su etapa de máximo rendimiento.
Es el caso de Aimar Olaizola que, en vísperas de medirse en la final del Manomanista a un Jokin Altuna al que saca la friolera de 16 años, puede presumir de no haber perdido un ápice del encanto y la calidad que ya atesoraba en sus históricos enfrentamientos contra Juan Mar- tínez de Irujo. Parece que fue ayer cuandos ambos genios se citaban por las txapelas pero son duelos que ya llevan una década bajo llave.
Quizá no sea es el mismo Aimar de entonces, sino una evolución más pulida y que explota otro tipo de recursos. Pero la clase no la ha dejado por el camino y ahí está la notable andadura que ha completado recientemente junto a Ander Imaz en el Parejas. Y, a juicio de lo que expresa, aún le queda cuerda para rato.
El de Goizueta no se siente perjudicado por la edad ni nota el peso de la experiencia
Los tiempos cambian, los años pasan y los viejos rockeros han sabido reciclarse
A más años, más sabiduría
Mientras el reloj de arena se va consumiendo, aumenta la sabiduría y los conocimientos sobre uno mismo. Es una sentencia elocuente que se le podría aplicar a otro ‘gentlemen’ como Roger Federer, un tenista fino, elegante y que lleva toda la vida en la cúspide del tenis. En una trayectoria de
tantos años es normal su- frir bajones -le ha pasado él y también a Nadal- pero ha sabido mantener la etiqueta para convertirse en un deportista histórico. A sus 36 años, resulta impredecible augurar un punto final a su carrera. No hace falta cambiar de deporte para toparse con las hermanas Williams. Venus y Serena han sabido reciclarse para no perder el toque que les llevó muy jóvenes a llenar de premios las vitrinas de sus casas. Asoman nuevos talentos, aumenta el nivel pero las hermanas Williams no bajan un escalón ni a regañadientes. Gianluigi Buffon y Manu Ginobili entran en este reportaje por méritos propios. Ambos han cumplido 40 años y no han tocado el freno. El mítico guardameta ha dicho adiós a una tremenda carrera en la Juventus pero se resiste a tirar los guantes. Y ‘Manudona’ sigue erre erre en los Spurs de la NBA a las órdenes de Popopvich. Ahí tiene a Gasol, con 37 años. Viejos rockeros al poder