Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
ZZ abre la puerta de salida
Zizou, como le llaman sus amigos, es así. Capaz de todo. Lleva demostrándolo toda su vida. Capaz del gesto técnico más exquisito y depurado, como aquel gol de la novena en Glasgow, y capaz de darle un cabezazo a Materazzi en la final del Mundial… porque el italiano se acuerda de su familia.
Capaz de dejar plantado al Real Madrid como jugador con un año de contrato en vigor porque consideraba que había llegado su momento y capaz, también, de cerrar por fuera la puerta del banquillo del Bernabéu, cuando el madridismo le había elevado al altar de los altares y tenía la continuidad más que asegurada después de ganar tres Champions consecutivas.
La conclusión es trivial. Zidane hace siempre lo que considera oportuno para él y su familia sin importarle ni los contratos firmados ni las montañas de lisonjas, halagos y elogios que puedan caer sobre su persona y su trabajo. No tiene sentido especular ahora sí tenía tomada su decisión pasara lo que pasara en la final de Kiev o ha diseñado su estrategia después de la victoria y comprobar el egoísmo con el que reaccionaron algunos de sus jugadores, concretamente, Cristiano y Bale.
Sólo él y los que le rodean lo saben. Pero las dos versiones tendrían su razón de ser. Zidane piensa. Ganó tres Champions consecutivas y la propina de una Liga, dos Supercopas de Europa, dos Mundiales de club y una supercopa de España y me voy por el Arco del Triunfo. O acabo un ciclo inigualable justo en el momento en el que algunos de mis jugadores se quieren tirar del barco y anteponen su interés particular al colectivo.
No vale darle más vueltas. Puede que con el tiempo se vayan conociendo detalles de la reunión que el miércoles el todavía entrenador mantuvo con los altos mandos del club, pero la realidad ahora es que por la puerta abierta por Zidane pueden salir y entrar bastantes más jugadores de lo que se podría imaginar en un club que acaba de ganar tres Champions consecutivas.
Si Florentino Pérez había llegado ya a la conclusión que desde la victoria, desde el hito de las tres Copas de Europa del tirón, tenía que hacer una pequeña revolución en su plantilla con fichajes, traspasos y cesiones, ahora la metamorfosis se amplía también al técnico y puede resultar hasta más fácil de llevar a cabo. El presidente está dispuesto a hacer lo que sea menester para que su Real no vuelva a despedirse de la Liga en diciembre y de la Copa en enero.
Todo parece indicar que el club blanco volverá a ser protagonista del mercado después de tres años de pasearse de puntillas. O lo que es lo mismo, agitará su nómina de jugadores. Cambiará cromos. No quiere envejecer del éxito. Cierto es que aquello que funciona no se toca, pero no deja de ser cierto también que lo que no se mueve se anquilosa y la marcha de Zidane y la llegada de un nuevo entrenador también ayuda a regenerarse.
Hay que introducirse en el túnel del tiempo hasta la temporada 2014-15 para encontrar un gran fichaje del Real Madrid desde el punto de vista del desembolso económico. Fue James, que costó 75 millones de euros. En las tres últimas campañas, operaciones de medio pelo (coste) y pensando más en el futuro que en el presente. Fueron los casos de Danilo, Kovacic, Casilla, Vallejo, Asensio… en la 2015-16; de las repescas de los cedidos Morata y Asensio en la 2016-17 y de las incorporaciones de Theo y Ceballos, más la recuperación de los cedidos Marcos Llorente, Borja Mayoral, Vallejo en la 2017-18.
Este verano va a ser distinto. El fichaje del nuevo técnico no paralizará la operación Neymar, ya en marcha. Cristiano y Bale se han subido al escaparate ellos solitos sin que nadie les empujara. El presidente blanco sabe manejarse en estas situaciones extremas y cuando tiene un objetivo prioritario -el brasileño del PSG lo es por segunda vezsuele pelear hasta las últimas consecuencias aunque alguien se quede por el camino
Su marcha no será la única, Florentino aprovechará para agitar la plantilla, no quiere perder más Ligas y Copas antes de tiempo