Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Hasta la victoria siempre
Aunque su futuro está fuera de Ducati, Jorge Lorenzo está empecinado en dejar una victoria como legado
Quienes bien conocen al piloto mallorquín Jorge Lorenzo saben que es tozudo como pocos, que tiene un gran sentido de la lealtad y también confianza ciega en si mismo. Y tolera mal la deslealtad y que pongan en cuarentena sus habilidades a estas alturas de su película MotoGP. Más a su favor, lo convierte en motivación para acallar a los críticos y ahora está más determinado que nunca en cumplir al menos en parte el objetivo por el que se apuntó a este desafío rojo que concluirá al final de esta campaña.
Conquistar el título MotoGP e igualarse a Casey Stoner ya no podrá ser, pero hasta que llegue la última carrera de Cheste va a pelear duro por conquistar la victoria con la Desmosedici y no tirar por la borda el trabajo invertido por ambas partes en estos dos años.
Despejado su futuro con una Yamaha en un equipo privado, sólo piensa en ganar
“Si Ducati me da lo que le pido podré pelear por las victorias” decía el mismo día que la cúpula de Ducati se estaba decantando públicamente por Danilo Petrucci y alabando esa segunda posición que logró tras Marc Márquez en Le Mans. De entrada el mallorquín jamás ha bajado los brazos a seguir buscando soluciones a los problemas que le acucian sobre la moto, tal como se pudo ver la pasada semana en el circuit de Barcelona-Catalunya en el test privado de MotoGP.
“El depósito de la GP18 está muy bajo y para adelante, y a las cinco vueltas no tengo apoyo en el depósito, me canso de brazos y tengo que bajar el ritmo y voy como un palo en las frenadas”, explicaba Jorge Lorenzo en Le Mans. Y dicho y hecho. Tres días después en su parte del box se estaba trabajando en soluciones para su problema, como se puede comprobar en las fotos adjuntas a este reportaje y cuyas soluciones ya se podrán ver en Mugello este fin de semana.
“La moto nueva ha cambiado la ergonomía y en las frenadas me canso más, y no hemos encontrado una solución para tener más apoyo en la zona de las piernas. Después de cinco o siete vueltas no puedo coger energía para relajarme y pilotar con la cabeza fría. Aunque intento mantener el ritmo es muy complicado”, recalcaba Jorge.
Al final de la pasada campaña Jorge Lorenzo ya era capaz de pelear con los primeros y se va a empeñar tozudamente en conseguirlo ahora que su futuro (con una Yamaha de fábrica en un equipo privado) ha quedado despejado y puede centrarse en lo suyo: “Yo sigo pensando que no estamos tan lejos. Solo voy a intentar lograr podios y una victoria para los aficionados. El año pasado podía terminar las carreras, pero ahora espero que con lo que Ducati ha traído aquí poda- mos ir mejor”, comentaba ayer en Mugello.
En sus nueve años en el equipo oficial Yamaha Jorge se acostumbró a una moto que facilitaba el paso por curva y a la que se adaptó de inmediato con su fino y técnico pilotaje. Y el dúo sumó tres títulos MotoGP. De hecho el mallorquín sobre Yamaha ha sido el único piloto que se ha interpuesto entre Marc Márquez y un título MotoGP, el que se apuntó en 2015 su penúltimo año en Yamaha.
“Para irse a Ducati hay que tener cojones... se quedará” profetizaba su entonces compañero Rossi en el GP de Qatar 2016 y poco después Lorenzo aceptó el reto de intentar conseguir lo que no logró ‘The Doctor’, ganar carreras y el título en sus dos años en Ducati. Y se topó con el mismo muro, una Ducati muy física a la que hay que adaptarse y no adaptarla al estilo de uno. Rossi zanjó su etapa con tres podios; Lorenzo lleva ya tres y le quedan 14 carreras por delante. A Dovizioso le costó cinco años entenderlo. Al fuera de serie Stoner apenas unos tests de pretemporada, pero acabó dejándose la salud antes de emprender vía a Honda