Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Competencia para el Barça
La decisión de Zinedine Zidane de abandonar la nave blanca pese a ir en Europa viento en popa y a toda vela da que pensar. El francés se olía que con él en el puente de mando, y sin acometer decisiones quirúrgicas por cariño hacia sus cracks más consagrados, la competitividad blanca iría de bajada. Y empeorar la trayectoria del equipo en la competición de la regularidad, la Liga, hubiese sido ya un sinvivir inaguantable para él. Por tanto, su adiós implicará la llegada de un nuevo técnico, de nuevos futbolistas y que los veteranos que se queden se tensionen ante el estímulo de una cara nueva en el banquillo. Conclusión: crecerá la competitividad blanca en la Liga y la Copa. Y en la Champions, en la que son temibles ya por ADN, saldrán sin presión. Haber ganado tres seguidas debe dar cierta tranquilidad.
Ante ese escenario, el Barça deberá incrementar su rendimiento en la Champions (tres eliminaciones seguidas en cuartos así lo exigen) pero sin dejar de competir en la Liga ni en la Copa. Un reto mayúsculo ante el que Valverde y sus hombres no deben fallar. Eso sí, variando algo su receta para llegar a tope física y mentalmente a las eliminatorias europeas y convertirse en el dique de contención ante la insondable facilidad del Madrid para eliminar rivales de peso, los entrene Klopp, Guardiola, Allegri o Simeone.
La renuncia de Zidane dejó un mensaje: los entrenadores valoran mucho las Ligas porque si las compiten bien, durante la temporada viven tranquilos ellos, sus directivas y sus aficiones. Si se descuelgan, el calvario está asegurado. En el Barça, las Ligas se compiten hasta el final y eso da tranquilidad a todo el mundo. En el periodo de Robert no ha sido una excepción. También debería tenerse en cuenta cuando se decida sobre su futuro