Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
“PARA COMPETIR HAY QUE SER FELIZ”
Bruno Hortelano Plusmarquista nacional de 100 y 200 m. y campeón de Europa
Si tuviéramos que hacer caso al tono de su voz reflexiva y metódica diríamos que Bruno Hortelano es especialista en largas distancias. Pero no, es uno de los atletas más rápidos del mundo en los 100 y 200 metros. Plusmarquista nacional de estas distancias y campeón de Europa de 200 en el 2016, el velocista español nacido en Australia vio truncada su carrera en septiembre de 2016 en un accidente de tráfico. Tras 21 meses de duro trabajo en el anonimato Bruno reaparecía el 19 de mayo en Tenerife con un guante protegiendo su mano derecha reconstruida. Ese día voló en el 400, como una semana más tarde lo hizo en Bélgica. Hoy, 21 meses después, corre su primer 200 en Hengelo Holanda), ante rivales de entidad. ¿Listo para el primer gran desafío? Sí. Estoy a punto. Sé que estoy bien, la forma física la tengo. Lo voy a dar todo. Es el primer 200 del año, no sé que marca voy a hacer. Mi plan va a ser ejecutar la carrera que he visualizado hasta ahora, la que he hablado con mi entrenador y si sale bien haré una buena marca. ¿No va con ánimo de buscar un buen registro? No, porque me podría salir cualquier marca y tampoco me ayudaría mucho, incluso me limitaría. Si te digo 20.50 ya me quedo con eso y no quiero limitarme. ¿Nervioso? Para nada. Busco estar nervioso el mismo día de la carrera porque la adrenalina me ayuda a elevarme a un nivel más y me gusta provocarme la presión que puede haber en carrera para dar lo mejor de mí. Utilizo técnicas de meditación, donde sí que estaré nervioso es en el Europeo. Hortelano ¿Cómo se mentaliza? Visualizando. Veo en la mente la carrera que voy a hacer, paso por paso las sensaciones que suelo sentir en carrera y vacío de la mente los pensamientos negativos. Me quedo con las sensaciones que estoy teniendo y me imagino la carrera una y otra vez, para que cuando la haga pueda vaciar la mente y dejar que la carrera salga sola. ¿Es clave la mentalización? Igual que es importante hacer musculaciones en el gimnasio, series de velocidad o fuerza en la pretemporada... Le doy la misma importancia a la preparación mental. Lo llevo aprendiendo desde muy pequeño, desde que mi padre me empezó a entrenar, lo que seguí haciendo cuando hacía taewkondo cuando me saqué el cinturón negro. Es algo que vengo haciendo desde los 13 o 14 años. ¿Le sorprendió su gran marca en Tenerife casi dos años después? No. Sabía que iba a hacer una buena marca. Corrí sin esperar nada, sin buscar una gran marca, casi sin buscar sensaciones. Fui a disfrutar porque era la primera carrera tras mucho tiempo y pasarlo mal. Buscaba la paz interior. Me puse nervioso cuando en la pista vi que la gente se ponía de pie y nos aplaudía. Tuve que centrarme y me emocioné. Después ya corrí con la paz. ¿Supuso una liberación? Yo no tenía dudas. Tenía una fe ciega en mí mismo. No tenía una evidencia que podía volver al nivel de antes y me quité un gran peso de encima. El Europeo de agosto de Berlín, ¿su máximo objetivo esta temporada? Por supuesto. Mi temporada la he enfocado al Europeo, y a más largo plazo a los Juegos de Tokio 2020. Todo forma parte del mismo plan. El año que viene hay Mundial y me servirá de toma de contacto con los rivales internacionales. ¿En qué distancia se encuentra más cómodo, 100 ó 200? Las dos me gustan mucho. Es curioso. Tengo 10”06 y 20”12, exactamente el doble. Me gusta el 100, pero creo que no he corrido aún los suficientes para ver mi máximo potencial. En el 200 me veo más cómodo para remontar y ejecutar la estrategia. Me encanta la velocidad, que es por lo que hago atletismo. Está corriendo con un guante en la mano accidentada.
Y seguiré compitiendo con él. Será un toque propio. El guante simboliza el proceso de los últimos 21 meses antes de mi regreso y lo quiero llevar en la pista, así cuando cumpla mis sueños tendré el recuerdo por lo que hemos pasado. No sólo yo, todo mi equipo.
En estos 21 meses llegó a pensar en tirar la toalla, dejar el atletismo. No, pero entré en fases de depresión.En este año y medio de recuperación trabajé con un profesional y me ayudó mucho. Cuando entré en momentos oscuros no tuve dudas deportivas, sí personales. Al final, soy un ser humano como todo el mundo. Pensaba en volver a competir, pero para hacerlo hay que estar bien con uno mismo y ser feliz en la vida. Perdone, ¿sufre algún tipo de temor cuando entra en un coche?
En ningún momento me entra ansiedad al subir a un coche, ya me lo explicaron los neurólogos. No tengo recuerdos del accidente. ¿Qué aprendió en los 21 meses de recuperación? La principal es la importancia de ser paciente en la recuperación, de fijarse objetivos a medio y largo plazo que te ayuden a dar pasos. Si te los marcas sólo a largo plazo te cuesta más el día a día. Para mí fue importante marcarme el objetivo del Mundial de Londres, aunque después no fui, pero me ayudó a salir de la situación en la que estaba y volver a entrenar. Y cuando vi que no iba a Londres me puse Tokio como gran objetivo. Aprendí a apreciar las cosas simples de la vida, lo que me ha ayudado a ver la vida de otra forma. Llevé una vida más simple. Me preocupaba menos de lo que piensan los demás y me centraba más en las relaciones más personales. Aprendí más de mí y a ser más reflexivo. Junto al atletismo, ¿qué le hace feliz?
Las amistades cercanas, mi familia y mis amigos. Siempre busco tener un entorno muy positivo. Me intento rodear de gente positiva, ambiciosa, que sea buena gente. Con gente buena alrededor se llega a tener una vida feliz
Me gustan tanto el 100 como el 200. Me encanta la velocidad, que es por lo que hago atletismo”
Tras el accidente pasé por momentos de depresión. Trabajé con un profesional y me ayudó. Al final, soy humano”