Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Los mil y un cantos del ‘gallo’
Tras firmar un millar de partidos como profesional, Gaubeka hace un repaso de su brillante carrera en la pala
Hace siete días, Esteban Gaubeka jugó su partido número 1.000 como palista profesional. Lo hizo en su pueblo natal, Armintza, adornándolo con una victoria, como se merece una figura de su talla. Hoy, Gaubeka (40 años) vuelve a vestirse de blanco y su contador se pondrá a mil y uno. Un buen momento para hacer un repaso de una brillante carrera que, como él se apresura a aclarar, está aún lejos de su final. “Me veo con cuerda para rato. Todavía hay que ganar algunas txapelas más”, señala el veterano delantero, que en sus 15 años y medio en la elite ha conquistado infinidad de títulos.
Ganó su primera copa como pelotari jugando a mano, siendo aún un crío, pero enseguida se centró en la pala. Carácter nunca le ha faltado a Esteban, que siendo muy jovencito se ganó el apodo que le ha acompañado siempre en los frontones: el ‘Gallo’: “Siendo un chavalito, iba a jugar a frontenis con la cuadrilla de mis primos, que eran mayores, y ya les ganaba. Uno de ellos empezó a llamarme ‘gallo’ y así ha quedado”.
Como aficionado, tuvo una larga y fructífera trayectoria. Vinculado al Lagun Artea de Sestao, ganó el Campeonato de España de clubs de 1998 y el de Europa del año siguiente. Pero su momento cumbre en el campo amateur fue el oro logrado
Aunque tuvo ofertas antes, debutó a los 25 años tras ganar el oro en el Mundial de 2002
en pala corta -haciendo pareja con Jesús Erburu- en el Mundial de 2002, disputado en Pamplona.
Gaubeka quiso esperar a hacerse con el título mundialista para dar el salto al campo profesional, aunque hacía tiempo que le habían llegado cantos de sirena: “Aitor Totorika -por entonces al frente de la empresa Eusko Basque- me llamó para debutar en el 2000. En la familia me aconsejaron terminar primero la carrera de Económicas, que la pelota iba a seguir ahí. Y me fue bien”. Y eso que Esteban no las tenía todas consigo: “Pensaba: ¿a ver si se han enfadado porque en su día les dije que no? Pero nada más ganar el Mundial me volvieron a llamar”.
No estuvo ni un mes probando en el Club Deportivo antes del debut: “Al tener empale fino, no me costó
mucho hacerme”. Se estrenó el 21 de diciembre de 2002, nada más cumplir 25 años, ganando con Beldarrain a Urkijo-Garma . Ese mismo día, Óscar Insausti anunciaba su retirada. Una coincidencia que, con el tiempo, se ve como un traspaso de poderes entre dos de los más grandes especialistas de la pala individual de todos los tiempos: “Me ha quedado la pena de no haber jugado nunca contra él. Me animó mucho entonces. Ha sido siempre un señor dentro y fuera de la cancha”.
No transcurrió ni un año del debut de Gaubeka cuando se produjo otro señalado, el de su gran antagonista: Pablo Fusto. Su rivalidad siempre se ha comparado con la de los otros dos grandes astros de la mano contemporáneos: Irujo y Olaizola II: “Durante los últimos años, en casi todas las finales hemos estado ambos o alguno de los dos al menos. Ha habido una competencia brutal y eso es muy bueno. Si no tienes a otros que te metan caña, te acomodas y no subes el nivel. Nos hemos
retroalimentado”.
Juntos, el de Armintza y el argentino han vivido momento duros, como el hundimiento de la promotora Emanbilbo, que les mantuvo unos meses en el paro hasta que la Diputación de Bizkaia reflotó el ‘leño’ de la mano de Asfedebi. Después, llegó la mudanza del histórico Deportivo al frontón Bizkaia, especialmente dura para Gaubeka: “Fue un cambio muy grande. El Depor era como mi casa y al principio me costó, sobre todo por el ambiente en las gradas, la salsa de la apuesta... Además, Pablo empezó a ganar el Individual todos los años, yo no me veía...”.
Por este motivo, si ha de quedarse con un título de los muchos que hay en su palmarés, Esteban destaca el Mundial Individual conquistado el pasado mes de febrero: “Ahora, por fin, después de haber ganado un Individual en el Bizkaia, ya el frontón es un poco más mío”. El reto para Gaubeka consiste en que esta del 2018 no sea su última txapela del Individual. “Dos o tres años buenos todavía me quedarán. Estoy muy bien, no me duele nada, ilusión tengo como al principio... Todavía me veo con garantías de optar a ser el mejor, estoy para dar mucha guerra”, advierte el vizcaíno, que con cinco Individuales en su palmarés, no aparta la vista del récord de siete que ostenta su admirado Insausti: “No es una meta, pero veo que tengo opciones. Si cae alguna más, bienvenida sea”
A los 40, se ve con cuerda para rato: “Aún me quedarán dos o tres años buenos”