Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
El Madrid sacude la paz de la selección
Gran movida. Cuando el mundo futbolístico estaba pendiente de lo que diría Griezmann, la bomba saltó en Madrid. Lopetegui, al Real. Si lo hubiera hecho cualquier otro equipo habría sido considerado como una intromisión inaceptable. Parece un golpe bajo. Anunciar el fichaje del seleccionador español por el Madrid tres días antes de empezar el Mundial no suena bien. Seguro que hay razones poderosas y que el club blanco necesitaba un técnico antes del 15 de julio para planificar la temporada. Pero ir a pescar a la selección española rompe el clima idílico de un combinado que apostaba, y debe seguir apostando, por conquistar el campeonato. O ficializar el fichaje en la previa del Mundial da la sensación de que el Madrid pesa más que la selección. Puede entenderse que Florentino no quisiera cargar con la presión de no tener técnico hasta el 15 de julio. Mantener eso en secreto un mes es muy difícil. Pero la opción ha sido trasladar la presión a la selección. A partir de ahora la mirada hacia el equipo puede ser distinta para un sector de aficionados. L
opetegui podría haber forzado que no se hiciera público hasta pasado el Mundial. Al final, el Madrid va a la suya y necesita un entrenador, pero el seleccionador, siempre tan atento a los detalles significativos, podía haber dicho simplemente que más tarde. La cláusula de unos dos millones de euros parece una excusa perfecta para todos, pero la sensación es que es un fichaje consentido, ya que la Federación estaba al corriente de las negociaciones entre el club y el entrenador. P ero ahora, el técnico deberá dividir su mente en dos áreas. Nadie puede negar de su profesionalidad y de que va a darlo todo, pero siempre será menos. Deberá estar atento al teléfono para planificar la temporada o los fichajes y será inevitable que vaya pensando en la formación de la plantilla del club que va a defender a partir del 15 de julio. E l entrenador va a tener que gestionar esa dualidad sobrevenida. Una cuestión es que un técnico de club entrene a la selección, extremo que ha pasado alguna vez, y otra que un club se entrometa tres días antes y fiche al seleccionador porque hace 12 días que su técnico los dejó tirados. Los jugadores y el propio
Lopetegui pueden reconducir la situación y conjurarse en este Mundial, pero el golpe ya está dado