Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
LA FELICIDADE YERAY
Se cumple un año de la recaída del central, que debió abandonar la selección sub-21 En ese periodo se ha recuperado, ha vuelto al Athletic y ha entrenado con la Absoluta
Como un jarro de agua fría, la noticia del 13 de junio del pasado año supuso un escalofrío para los aficionados rojiblancos en particular y la sociedad en general: Yeray Álvarez recaía de su maldita dolencia y emprendía una carrera hacia la curación marcada por la superación, dejando la concentración de la selección sub-21. El central del Athletic debía recibir quimioterapia y estaba previsto que fuera baja por espacio de unos tres meses tras serle detectada una anomalía en la última revisión del tumor testicular que sufrió el año anterior. Un año más tarde, el rojiblanco está curado y hasta hace unos días se ha estado codeando con lo más selecto del fútbol nacional en la selección absoluta. Del sufrimiento a la felicidad
Yeray había pasado poco antes el último de los controles previstos dentro de la vigilancia activa de la evolución del tumor testicular, ese acompañante perverso que se le detectó en diciembre de 2016. En el control radiológico se le encontró una adenopatía, una inflamación de los ganglios linfáticos y enseguida tuvo que abandonar la concentración. Así se disipaba la oportunidad de jugar el Europeo de Polonia que estaba a punto de iniciarse.
A dedicárselo
“Nos levantamos ayer y nos encontramos con la noticia. Fuimos a entrenar bastante jodidos ya con Yeray de vuelta a su casa. Queremos dedicarle la victoria. Es un luchador y va a superar todo lo que venga”, manifestó Dani Ceballos al poco de saber la desgracia. “Es un aliciente más para ganar el Europeo y dedicárselo. Él nos va a apoyar en cada partido desde su casa. En nombre de toda la sub-21 le mando mucho ánimo y estamos seguros de que volverá más fuerte”, deseaba Odriozola. Tal fue la reacción de los jugadores de la selección sub 21 que se conjuraron para ganar el título en homenaje al rojiblanco. No fue posible, ya que cayeron en la final ante Alemania.
En cualquier caso, el barakaldés regreso a casa portando el mismo mensaje de entereza que siempre le caracterizó. “Cuando parece que lo has tumbado se levanta y te vuelve a golpear, pero tranquilos que esta pelea la voy a ganar con toda esa gente que me apoya y si tengo que volver a tumbarlo lo volveré hacer y me levantaré mil y una veces”, proclamaba en Instagram.
Acaba el tratamiento
Los gestos y mensajes de solidaridad se sucedieron y la plantilla rojiblanca se rapó el pelo como muestra de su apoyo: resultaba complicado distinguir a los rojiblancos en la pretemporada de Suiza o en los partidos amistosos. Pero lo importante era la causa, por la que pelearon junto a un Yeray que a finales del pasado año dio la gran noticia: el 20 de septiembre su novia anunciaba a través de Instagram que estaba curado y el 27 de noviembre ya estaba dispuesto para trabajar con el resto del grupo.
En la Gala de MD
Después de ir poco a poco reincorporándose a la actividad habitual y de jugar un encuentro con el Athletic sub-23 y ante el Rudes en Lezama, volvió de nuevo a jugar ante el Girona un 4 de febrero de 2018, una fecha muy significativa para él. Horas después fue el centro de atención de la Gran Gala de Mundo Deportivo celebrada en Barcelona, en el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC). El central vizcaíno estuvo acompañado de José Ángel Iribar en este acto en el que se tributaba homenaje al Athletic ante cerca de 1.000 invitados pertenecientes al deporte, la empresa y la política. El imborrable gesto de compañerismo de sus jugadores al raparse el pelo en solidaridad y haber recordado el significado de la palabra equipo supuso verse recompensados con el Trofeo al Fair Play Seat, que recogió el defensa junto con el Txopo.
¡Qué cambio!
Dejada atrás la dolencia, Yeray es feliz y ha pasado de la sub-21 a la absoluta. Hasta hace unos días ha estado junto a Unai Núñez e Iñaki Williams -además de con Kepa- trabajando con la ‘Roja’. Abandonó la concentración hace unos días, pero colmado de felicidad. Esta sano y con ansias de completar un año ilusionante. ¡Lo que cambian las cosas! Es el destino