El caos del ‘profe’ Jorge Sampaoli

1- Su apuesta por el trabajo volvió a dar una respuesta inoperante 2- Dybala, Banega, Higuaín y Di María, los perjudicados por sus locas ideas

Fue salir el once inicial y no presagiar nada bueno. Jorge Sampaoli volvió a jugar al ajedrez, pero al suyo en particular, uno que no le gusta a casi nadie y que pocos comparten. Si poco ilusionó la primera alineación ante Islandia, inoperante con una defensa cerrada, peor fue todavía la de ayer. Por muy increíble que parezca. Era bien sabido lo que iba a hacer pero muchos albergaban las esperanzas de que hubieran cambios. No fue así, y el partido fue una cuesta arriba inagotable e insuperable. La cara de Messi en el calentamiento lo presagiaba. No iba a funcionar. El trabajo no compensó la falta de talento.

Porque talento en Argentina hay, y a borbotones. Pero en este caso está en el banquillo. Ver a Dyabala, Di María, Higuaín y Banega fue un auténtico sacrilegio, más aun cuando era imposible que el balón rodara y conectara con Messi. De la defensa de cuatro a la de tres, pero sin retocar lo que realmente hará marcar la diferencia a Argentina, el último cuarto de la cancha. El centro del campo hay que olvidarlo. Rakitic y Modric se comieron el planteamiento de un Sampaoli que le acabó sobrando toda la ropa, como los repetidos “cagón” que arremetió contra Vrsaljko o el marcharse del campo sin despedirse o siquiera felicitar a Croacia, que completó un extraordinario partido.

No valió con hacer los cambios cuando ya pintaban bastos. No valieron estas alineaciones en una liguilla de clasificación de la que solo Messi rescató del desastre a Sampaoli, con un caos en la cabeza que se equipara al de la Albiceleste en el campo.

Y así finalizó el partido, con un jugador del Barça celebrando un tanto en la banda y el mejor de los azulgranas cabizbajo, mirando al verde, después de haber sido testigo de la justicia que supuso para Rakitic su tanto tras golpear antes al larguero. Un Messi que no estuvo acompañado, pero que tampoco estuvo. Se autodesplazó a la banda derecha como diciendo a Sampaoli que esta vez este desaguisado no lo

iba a solucionar