Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
“¡Alirón, alirón, el Athletic es campeón!”
Se cumplen 45 años del triunfo en la final de Copa ante el Castellón y 60 frente al Real Madrid
Aquel 29 de junio de 1973 fue muy importante para la historia del Athletic. Y más teniendo en cuenta que se celebraban los 75 años de su fundación. El equipo bilbaíno se presentaba, como de costumbre, en la final de la Copa, por aquella época denominada del Generalísimo. Llegaba el momento de hacerse de nuevo con tan preciado trofeo, ya que no acudían a una final desde el año 1969, cuando los leones se adueñaron del marcador para ganar al Elche por 1-0 en el Santiago Bernabéu. Por cierto, también un 29 de junio, aunque de
1958, el Athletic de los ‘aldeanos’ ganó 2-0 al Real Madrid en su estadio con goles de Arieta I y Mauri ante el equipazo de Di Stéfano. Los Carmelo, Orue, Garay, Canito, Mauri, Etura, Artetxe, Uribe, Arieta I, Koldo Agirre y Gainza lo lograron.
En esa edición de la campaña 1972/73 el Athletic había dejado atrás al Oviedo, Sevilla y Málaga -en el duelo de vuelta ganaron 0-1 en La Rosaleda- y tenía ante sí el reto de imponerse a un Castellón de Lucien Muller de trazas ‘jugonas’, con futbolistas de tronío, como Del Bosque y Planelles, sin olvidar a gente de peso como el meta Corral o el delantero Clares. Los albinegros habían dejado en la cuneta a Valencia, Betis y Sporting en la competición copera con unas actuaciones muy de reseñar -había ganado 4-0 al Barca en Castalia en abril-. Fue la revelación del campeonato el conjunto castellonense, cuyos aficionados alentaban a su escuadra con el habitual “Pam,-pam orellut”, un cántico nacido en los años veinte que es el himno oficial.
Marcan pronto
El Vicente Calderón acogió esta cita -dicen que con una afluencia de público superior a las 64.000 personas, lo cual supone bastante más aforo que el que tenía-, que se saldó con triunfo de las huestes de Miroslav Pavic, aquel técnico yugoslavo de dejó buena huella con sus 83 encuentros dirigidos a cuestas. En un duelo un tanto equilibrado, hubo momentos para cierto desasosiego, porque un disparo lejano del Castellón inquietó algo la portería vizcaína, pero atajó bien Iribar con sus manos implacables. Arieta II adelantó a los leones antes de la media hora de juego con un disparo desde dentro del área y Zubiaga puso la rúbrica en el minuto 54 sacando provecho de un rechace a la media vuelta, haciendo buena una jugada elaborada..
“Todos queremos más!”
A pesar de que el Castellón estuvo apretando en la última media hora -tampoco mucho- daba la sensación de que no podría revertir la situación dada la mayor calidad y experiencia de los leones. Disponer de gente como Villar, Rojo I, Arieta II, Uriarte... era un aval para el triunfo. Salvo un disparo fuera desde lejos del rival tras el lanzamiento de una falta, no dio síntomas de recuperación.
Los seguidores desplazados a la capital veían que el triunfo no se les escapaba y los pulmones se activaban con los cánticos de siempre. El “¡Alirón, alirón, el Athletic es campeón!” resonó con fuerza en el estadio del Atlético de Madrid, así como el “Todos queremos más” interpretado a modo coral con movimientos coordinados, con ese ambiente que se echa en falta en el San Mamés de nuestros días.
El equipo hizo vibrar a una hinchada que así se resarcía de una campaña liguera que no fue boyante, ya que los pupilos del entrenador balcánico acabaron en la novena plaza, mientras que el Castellón había finalizó la competición de la regularidad en una sorprendente quinta posición en aquella Liga de 18 clubes.
El 29 de junio del 58 los ‘aldeanos’ ganaron a los merengues en el Santiago Bernabéu
Aquella foto de Sáez
La estampa de Sáez a lomos de los aficionados paseando el trofeo es una de las fotos más históricas del Athletic al menos en los últimos años. El capitán rojiblanco recogía la Copa a manos de Franco y en presencia de Juan Carlos I, en aquel momento Príncipe de España. Era el país del NO-DO en los cines, el país en blanco y negro. Después de pasar 15 años de su triunfo ante el Real Madrid en la final de Copa, el Athletic volvía a mostrar su grandeza.El equipo de Pavic tomaba el relevo del de Baltasar Albéniz