Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
UN GRAN SHOW
Marc Márquez es más líder tras su cuarto triunfo del año y después de una titánica lucha de cuatro marcas Alex Rins y Maverick Viñales rubrican el primer triplete español de la categoría reina desde Aragón’17
Marc Márquez se llevó en Assen la madre de todas las batallas, una dura pelea a siete pilotos prácticamente hasta las últimas vueltas y en la que un cambio de ritmo a cuatro giros del final permitió al de Cervera firmar su cuarto triunfo del año tras Austin, Le Mans y Jerez, aquellas con escapadas plácidas y esta de adrenalina pura, de pelea de motos de las de toda la vida. Y junto a Alex Rins, segundo, y Maverick Viñales, tercero, firmaron el 18º triplete español en MotoGP y primero desde Aragón el pasado año un pleno que nunca había sucedido en Assen.
Tras una carrera de contactos de todos contra todos, Márquez dio un buen golpe en la mesa del campeonato y ahora lidera con 41 puntos de ventaja sobre Rossi, 47 sobre Viñales, 59 repecto a Zarco y ahora las dos Ducati, Dovizioso y Lorenzo, están a 61 puntos. Y la siguiente cita es en el patio de su casa de Sachsenring, que alimenta el irse de vacaciones con dos carreras de ventaja.
Fue un show con letras mayúsculas y subrayadas donde sólo había premio para uno y algo de más de consolación para otros dos y hasta cinco pilotos pasaron por la cabeza, el invitado inesperado por lo hecho en Assen pero su racha en Mugello y Catalunya hacía de él un hombre imprevisible, Jorge Lorenzo, el que más tiempo estuvo en cabeza -13 giros– y los irreductibles Márquez –8 giros– , Dovizioso –tres, Rossi y Viñales –uno cada uno– que se fueron machaconamente pasando siempre con Alex Rins atento a todas las jugadas e interpretando una de sus mejores carreras de siempre.
Batalla desde la parrilla
La batalla ya comenzó con la estrategia en parrilla en la que Márquez decidió poner lo mismo que las Yamaha medio-blando. Nadie contaba con él en los inicios de carrera pero Jorge Lorenzo desde el 10º puesto se la jugó por el exterior izquierdo y terminó adelantando a todo el mundo menos a Márquez hasta que en la curva 6 se puso líder de la carrera. Ese adelantamiento frustró la posible escapada de Márquez, con pelín más de ritmo que los demás en el fin de semana y por eso el blando trasero, pero entre el fuerte viento y los habituales rebufos acabaron firmando una carrera más de Moto3 que de MotoGP.
También Viñales invocó la remontada desde la novena plaza a la que cayó al inicio y desde la séptima vuelta ocho pilotos (Lorenzo, Márquez, Dovizioso, Rins, Rossi, Viñales, Crutchlow y Zarco) de cuatro marcas (Honda, Ducati, Yamaha y Suzuki) protagonizando la mejor carrera en años.
El primer triplete provisional se escribió en el noveno giro con Lorenzo, Márquez y Rins pero aquí nadie cortaba, que se lo digan a Rins y Márquez con un buen exterior de Alex donde Marc casi pierde la moto. Hachazos constantes en el grupo y un denominador común, la tranquilidad con la que Lorenzo mandó hasta la vuelta 15 atacando y defendiendo cuando tocaba hasta que sus problemas en el T4 le condenaron. Y a partir de ahí cambios constantes de líder hasta que a cuatro del final Márquez se puso en modo qualy. Dovizioso y Rossi se condenaron a sí mismos tras un toque de Dovi y eso permitió a vuelta y media del final que Viñales y Rins se jugaran el podio con un gran adelantamiento de Rins a Viñales en la chicane