“Vine para tres meses a la FEF y ya llevo cinco años”

¿A qué sabe un oro en los Juegos del Mediterráneo?

A oro (entre risas). Mejor manera de terminar la temporada, imposible. Ha sido una experiencia única, enriquecedora y distinta porque convives en el día a día con otros deportistas.

¿Cuánto tiempo lleva ya como seleccionador?

Vine para tres meses y llevo ya cinco años.

¿Le ha comentado algo Rubiales, el nuevo presidente de la FEF, sobre su futuro?

Nos han comentado algo. Parece ser que va a haber una continuidad en cuanto a los entrenadores que estamos en categorías inferiores. El nuevo presidente nos transmitió tranquilidad en ese sentido.

¿Solo trabaja con la sub-19 y la sub-20?

En un principio, hasta ahora, cada uno teníamos asignadas unas selecciones. Yo tenía asignada esas dos, pero circunstancialmente también podríamos dirigir a otras, como las sub-16 y sub-18 en mi caso. Lo que sí hacemos es que en todos los eventos en los que participa una u otra selección, vamos siempre de apoyo. Yo también he estado en europeos sub-21 y sub-17 de segundo y Santi Denia o Celades también han estado de segundos conmigo.

¿Es cierto que tiene muchos puntos de Iberia?

Sí, sí (entre risas). La verdad es que nos pasamos todo el día viajando, como no puede ser de otra manera. Como seleccionador te falta el trabajo día a día, pero cuando realmente te sientes entrenador es en las competiciones. El resto del mes, quitando los tres días que normalmente tenemos concentración con nuestro grupo de trabajo, es seguimiento, scouting, visionado de partidos para conocer al dedillo a todos los jugadores que sean susceptibles de ser seleccionados...

¿Aquí se trata más de competir que de formar o al revés? Competir, competir totalmente. Aquí no tenemos tiempo de formar, pero somos unos privilegiados al poder seleccionar a los mejores jugadores de España que ya tienen una base de formación en sus clubes. Nuestra competición es de una semana, en tres partidos contra Francia, Inglaterra, Alemania, Italia u otros similares te juegas todo el trabajo de un año: la clasificación para un Europeo. Aquí tienen que venir los mejores jugadores, los que más en forma estén, los que mejor compitan, los que tengan más garantías de poder soportar una exigencia que no la viven habitualmente en sus clubes. Aquí, además de competir, tienen que sacar la excelencia