Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Locura sin cambios
Decía Albert Einstein que la locura es seguir haciendo siempre lo mismo y esperar resultados diferentes. Pero hablando del Athletic y con el foco en las últimas temporadas, ¿hasta qué punto sería cuerdo y razonable mantenerse en una misma línea estratégica?
Tal vez para empezar a abordar una eventual respuesta hubiera que preguntarse mucho antes por los resultados, los objetivos y los cambios que esperamos en puertas de una nueva temporada. El transcurso de la pasada campaña pareció dejar claras la frustración y la decepción propias de un ejercicio con malas sensaciones y peores resultados. ¿Se trataría solo de enderezar el rumbo de unos cuantos meses o el reto se retrotrae mucho más en el tiempo?
A juzgar por sus actos, las primeras reacciones del club se asientan en una serie de cambios de personal para seguir apostando por una línea deportiva y futbolística coherente, según el presidente Urrutia. Entrenadores con una filosofía supuestamente similar y futbolistas con un marcado sentimiento rojiblanco que no alteren el ecosistema filosófico de dos legislaturas. ¿Y qué más? ¿Será suficiente con eso para mejorar?
La tendencia del Athletic acepta diversos enfoques, de ahí la conveniencia de matizar algunas comparaciones entre temporadas. Si hablamos de clasificaciones y resultados tal vez sorprenda que las primeras campañas con Bielsa y Valverde mejorasen con creces a las siguientes. En el caso del argentino con dos finales y en el del técnico extremeño con una clasificación para la previa de Champions.
¿En qué medida in fluye el inicio de una nueva etapa en la competitividad del colectivo? Dentro de una irregularidad inevitable, se intuyen dos apuestas contrapuestas: las competiciones del KO en busca de un título conseguido sin ganar ninguno previamente o la de aprovechar una Liga sin competición europea para optar al regreso. Se supone que ese es el objetivo y, al mismo tiempo, se constata que su consecución complica el progreso de la idea principal: mejorar.
Se acepta, peligrosamente cada vez más, la influencia y ascendencia de algunos entrenadores. Se debate sobre la idoneidad de adaptar el discurso a lo que hay o buscar un discurso compatible con lo que puedes tener.
¿Qué quiere la afición rojiblanca? ¿Ganar a través del juego o jugar para ganar? Muchos parecían orgullosos en aquellas eliminatorias europeas del primer año de Bielsa, con un fútbol vertiginoso y una apuesta entre valiente y kamikaze que aseguraba goles en ambas porterías. Y otros tantos parecían satisfechos con aquellas clasificaciones europeas con Valverde, practicando un fútbol mucho menos vistoso, por momentos tedioso pero resultón y resultadista.
En esta recurrente dicotomía aparece Berizzo. Con la pesada losa de su particular sambenito de alumno aventajado del bielsismo y el reto de dejar ese pabellón bien alto con unas herramientas bien distintas. El Athletic y su inevitable reinvención.
¿Son realmente cambios los cambios? ¿Qué es lo que se pretende mejorar? La drástica simplificación del calendario, a expensas del azar copero que tanto benefició el camino para tres finales perdidas parece un primer motivo para la esperanza. El tiempo será quien juzgue este proyecto