Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
El motor del recuerdo de la era Bielsa
Solo seis leones ‘sobreviven’ en la plantilla para transmitir al resto sus referencias de los métodos del rosarino
Las comparaciones son tan odiosas como inevitables. Eduardo Berizzo ha tenido que enfrentarse a las que le emparejan con Marcelo Bielsa desde el mismo día de su presentación como nuevo entrenador del Athletic. Algo que el técnico de Cruz Alta ha asumido con una gran naturalidad, consciente de que era casi una obligación teniendo en cuenta la confluencia del hecho de haber sido su discípulo y de la huella que dejó el rosarino hace un lustro en Bilbao.
En las primeras sesiones con el Toto se han podido apreciar desde fuera algunos tics que evocan a su maestro. Pero los que mejor pueden constatar las similitudes y las diferencias entre los métodos de uno y otro son los pocos ‘supervivientes’ de la etapa de Bielsa en el banquillo de San Mamés. Tan solo quedan media docena. Ander Iturraspe, Mikel San José, Óscar de Marcos, Iker Muniain, Markel Susaeta y Aritz Aduriz, este último llegó para la segunda campaña.
Además de ellos, Mikel Balenziaga también tuvo un breve contacto con el ‘Loco’ en el verano de 2011. El lateral de Zumarraga fue uno de los ocho jugadores -después se sumaron Koikili Lertxundi y Aitor Ocioa los que el actual entrenador del Leeds apartó de la dinámica del grupo nada más aterrizar en Bilbao, basándose en las horas y horas de vídeos que había analizado para formarse una primera impresión de cada uno de los futbolistas que se iba a encontrar el primer día. Balenziaga se vio forzado así a hacer las maletas e iniciar una nueva etapa en el Valladolid que, a la postre, le propició el billete de regreso con la llegada de Ernesto Valverde al banquillo.
Seguro que no han sido pocas las ocasiones en las que este reducido grupo que tuvo la oportunidad de trabajar con el rosarino han transmitido, ya sea por iniciativa propia o a petición de sus compañeros, las referencias sobre los métodos de trabajo que implantó Bielsa durante su etapa en el Athletic, con la idea de anticiparse a lo que podía ser la rutina diaria con un Berizzo al que se considera un alumno aventajado del técnico rosarino.
Particularidades
Donde más útiles pueden resultar esas experiencias acumuladas, a tenor de lo visto en los primeros días, es en el estilo y sistema de juego, en el diseño de ciertos ejercicios y en la intensidad de los entrenamientos. En la relación técnico-jugador, sin embargo, da la sensación de que hay bastantes diferencias. El Toto parece mucho más accesible y cercano al futbolista, con el que incluso entra a alguna broma una vez finalizado el trabajo. Otro matiz importante es que Berizzo se siente cómodo trabajando con un grupo grande, donde hay varios futbolistas a los que seguro tiene en mente abrirles la puerta de salida. Nada de generar tensión apartando a ciertos jugadores de sus compañeros como hizo Bielsa con Balenziaga, entre otros.
A los cinco que sí pasaron ese primer corte y al reenganchado Aduriz seguro que les quedó mejor recuerdo de aquella época que al lateral guipuzcoano. El rosarino supo apreciar las posibilidades de los jóvenes De Marcos e Iturraspe, que se consagraron en la primera temporada de un Bielsa que supo pulir su talento a partir de la decidida apuesta por ellos que no llegó a hacer Joaquín Caparrós. Muniain sí había gozado de la bendición del utrerano la campaña anterior, pero disfrutó de una de sus mejores campañas como
Se trata de Iturraspe, San José, De Marcos, Muniain, Susaeta y Aduriz (segundo año)
Balenziaga fue uno de los ocho apartados por Bielsa nada más aterrizar en Bilbao
león en el camino hacia las finales del Calderón y Bucarest. Susaeta, dueño y señor de la banda derecha, disputó todos los partidos aquel año. San José fue una alternativa recurrente el primer curso y un habitual en la segunda. Mientras, a Aduriz solo le tocó vivir la cara B. La de la complicada segunda campaña. Aún así, fue el pichichi con catorce dianas en Liga. El punto de partida de la mejor etapa de su carrera