Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Deschamps tomó ejemplo de Francia 98’
1- El triunfo de la multiculturalidad también estuvo presente en Rusia 2- Deschamps-Petit, el reflejo de Pogba y Kanté en la actualidad 3- Giroud, como Guivarc’h, se quedó sin marcar a pesar de ser delantero
Francia logró su segunda estrella en su camiseta al ganar el Mundial de Rusia 2018 después de confirmar su condición de favorita. Veinte años después de que los galos se convirtieran por primera vez en campeones del mundo un nombre destaca en las dos selecciones: Didier Deschamps. El actual técnico tomó el ejemplo de la entonces selección de Aimé Jacquet.
Como en 1998, Francia formó un bloque fuerte, un equipo, y no unas individualidades. Trabajadores en defensa y talentosos en al transición. El centro del campo y el ataque parecen un auténtico reflejo de lo que han sido los ‘bleus’ en Rusia. Lo más claro ha sido la función del doble pivote, de la que Deschamps tenía mucha conciencia ya que, junto a Petit, fueron clave en la consecución del primer Mundial. Tanto como Kanté y Pogba. El primero en la contención y el segundo en el incansable trabajo, con y sin balón. Igual que sus antecesores, pegamento del equipo y capitales en sus ayudas defensivas constantes a los compañeros de más calidad.
El talento en el 98’ lo aportaron Zidane y Dugarry, escudados por Karembeu. Igual que Matuidi, ayuda inestimable de Griezmann, que como ‘Zizou’ era el eje sobre el que giraba el equipo y creaba peligro, tanto recibiendo entre líneas como por su capacidad goleadora sin ser delanteros. Zidane se dejó sus dos goles para la final, mientras que Griezmann hizo sus cuatro para ayudar a los galos a conseguir el billete en las rondas previas. También la magia en el desequilibrio de Dugarry, un demonio lleno de clase con el balón, es comparable a lo que ha significado Mbappé para esta selección para generar superioridades. Incluso el futbolista del Paris Saint Germain hace recordar a como un joven Henry se abría paso con 3 goles en el Mundial del 1998, aunque la final la viera en el banquillo, ya que por aquel entonces la apuesta por los jugadores jovenes no era definitiva. Un tanto más anotó Mbappé, que si vio puerta ante Croacia, para firmar el cuarto tanto del equipo y el que desató la euforia entre sus compatriotas. Y, para terminar, Guivarc’h fue el vivo reflejo de Giroud en punta. Ambos se quedaron sin marcar y destacaron por su juego más físico y trabajo oscuro con tal de dar ventajas a Zidane y Dugarry.
De la defensa, poco que añadir. Un Lizarazu más experimentado pero igual que veloz que Lucas en una banda izquierda infranqueable, contrasta con un Thuram que actuó de lateral derecho, con un perfil muy diferente al de Pavard. Incluso el de los centrales Lebouf, en realidad mediocentro, y Desailly, de corte más contundente que Varane o Umtiti, dos de las grandes claves de Francia en este Mundial, al corte.
No obstante, otra de las grandes similitudes y, casi inevitable, se ha dado lejos del terreno de juego. En 1998 Francia demostró el primer gran triunfo de las multiculturalidades en un Mundial. De los 22 jugadores que formaron la plantilla solo 7 eran de origen francés ‘puro’. En esta ocasión les ‘bleus’ han ido más allá y entre los 23 jugadores de Francia se han juntado nada menos que 12 nacionalidad y, que solo tengan la francesa, hay seis futbolistas: Lloris, Lucas, Pavard, Thauvin, Giroud y Griezmann
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