TRIDENTE ALPINO

La montaña entra en escena: 155 kms de subidas en tres días con 13 puertos, seis de categoría especial Glières (hoy), La Rosière (mañana) y el colofón del jueves en Alpe d’Huez resumen la dureza de las etapas

Tras la temida etapa de los adoquines de Roubaix y el primer día de descanso, el Tour de Francia reemprenderá hoy la ruta con el principal aliciente de cualquier prueba ciclista: la montaña. Los Alpes tomarán el protagonismo los tres próximos días para repartir gloria y desgracias y, sobre todo, definir con más claridad los verdaderos aspirantes a la victoria final en París, el próximo 29 de julio. Las diferencias son aún mínimas entre Chris Froome y demás candidatos al triunfo, incluidos los tres líderes del Movistar: Nairo Quintana, Alejandro Valverde y Mikel Landa.

Sin embargo, salvo sorpresa, nada quedará visto para sentencia porque los corredores y sus directores son conscientes de que aún deberán lidiar con el Macizo Central, los Pirineos y la contrarreloj de 31 kilómetros justo antes del paseo por los Campos Elíseos. En un ciclismo cada vez más medido y dirigido desde el pinganillo, los favoritos harán sus cálculos de ataque y defensa con una premisa primordial: seguir vivos un día más y evitar los desfallecimientos sin remedio. Las aventuras más osadas deberían llegar por parte de ciclistas sin peso en la general, los buscadores de etapa.

Para abrir boca, los ciclistas llegarán hoy a Le Grand-Bornand tras 158,5 kms punteados por cinco puertos, uno de categoría especial, Plateau dees Glières (6 kms al 11,2% de pendiente), tres de primera y una ‘tachuela’ de cuarta. El descenso a meta después de La Colombière podrían ser 14,5 kms finales muy interesantes.

Primer final en alto

La Rosière (1ª) será mañana el primer final en alto después de otras dos cimas de categoría especial y una de segunda y el mítico Alpe d’Huez aparecerá el jueves como el colofón de este tridente alpino con 154,9 kms de subidas y 13 puertos, seis de categoría especial.

Las 21 curvas más famosas del Tour estarán precedidas por otros dos clásicos de categoría especial (La Madaleine, La Croix de Fer) y un segunda exigente para los corredores: Lacets de Montvernier