Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
El momento pide valentía
El balón vuelve a rodar en rojo y blanco. La cuenta atrás para el comienzo de la Liga está en marcha. Para el calendario habrá que esperar algún día más, eso sí. Sin prisas, que es verano. Aquellos a los que el Mundial ni fu ni fa -no saben lo que se pierden-, se pudieron quitar ayer el ansía futbolera con el amistoso de Amorebieta. Vieron al nuevo Athletic sobre el terreno. Aunque Berizzo todavía tiene que dar unas cuantas pinceladas.
¿Nuevo Athletic? Relativo. La plantilla, en lo que a nivel se le presupone, es muy similar a la de la temporada pasada. La única mejora palpable llega en el lateral zurdo con Berchiche. Cierto es que entra aire fresco en la medular con Dani García y Unai López. El ex del Eibar cuenta con experiencia en la categoría, pero dejó claro desde su presentación que no viene a ser “el salvador”. Otro aspecto es que se acople a las mil maravillas y rinda al estilo de Mikel Rico en su primer año. Unai tiene que confirmar todo lo bueno exhibido en Segunda. El resto, los mismos con un año más. La cosa es que vuelvan al nivel aceptable que se les supone.
El principal cambio aparece en el banquillo. Pero no deberíamos olvidar que los que pasan, centran y rematan se encuentran en el terreno de juego. Para fijar objetivos y hacer valoraciones sobre la plantilla habrá que esperar a que se cierre el mercado y a que Berizzo dibuje el cuadro definitivo. Quizá Urrutia esté trabajando en la sombra en alguna sorpresa. Aclaro. Esto es una suposición, no una información. Que algunos entienden lo que quieren entender.
Agitar la coctelera
Lo que pide ahora el Athletic es un entrenador atrevido a la hora de tomar decisiones. Remover los cimientos. Otra perspectiva. Valiente para dar la alternativa a los jóvenes, como lo fue Ziganda con Núñez y Córdoba, pero también valiente con los veteranos. Que no le tiemble el pulso para cortar a quien crea conveniente porque no encaja en su libreto. Sea quien sea.
Provocar un ligero seísmo no viene mal de vez en cuando. Puede hacer que los que estén en tierra firme se pongan en alerta. Agitar un poco la coctelera para evitar un inconsciente acomodo. Berizzo ya demostró en el pasado que no se casa con nadie. Por mucho peso específico que tengan. Orellana y N’Zonzi , en otras circunstancias, son el ejemplo.
También son necesarias decisiones valientes a la hora de proponer. Aunque sin tender a la locura. El Athletic tuvo un severo déficit con el balón la pasada campaña y habrá que trabajar para corregirlo. El sacrificio y el esfuerzo vienen de serie con la camiseta rojiblanca. Nadie lo pone en duda. Lo de las capacidades es otro cantar. “Un centro es el gol”, se escuchó al cuerpo técnico durante un entrenamiento en Lezama de esta semana. Parece que uno de los problemas lo han detectado.
Ilusionarse con una cara nueva como la del Toto es lógico. Incluso con extraordinarios proyectos de Lezama como Sancet. Pero sin excesos. Hay que dar tiempo a cada uno para que se labre su camino y después ya vendrán los juicios. Lo contrario es contraproducente. Berizzo ha tenido la suerte de entrar por el buen ojo de la mayoría de la hinchada. Algo que no pudo decir Ziganda.
No puede demorarse mucho más el inicio de las salidas. Principalmente porque para los jóvenes que salgan cedidos será más fácil acoplarse a su próximo destino a lo largo del verano, cuando los roles aún no están definidos. En Amorebieta tuvieron su oportunidad los meritorios. En Barakaldo es probable que acudan los pesos pesados. Aún es pronto para sacar conclusiones, pero hay intriga por ver cómo Berizzo dispone las piezas sobre el tablero