Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Progreso en una familia con hambre de victorias
Ramon Ruiz es una de las jóvenes realidades de un taekwondo español dispuesto a expandir su senda de éxitos
“Valoro los objetivos que nos vamos marcando. Somos casi una familia porque compartimos muchas horas de entreno. Y vemos que los objetivos se van cumpliendo”, dice. Ramon Ruiz Domènech (Figueres, 12-9-1998) y es uno de los jóvenes integrantes de la familia del taekwondo español, que busca alargar su trayectoria de éxitos.
A él luchó por sumarse de pequeño un Ramon que eligió el taekwondo para no iniciarse en los deportes típicos. Fue creciendo y progresó hasta recibir la posibilidad de entrar en el CAR de Sant Cugat. Su potencial no ofrecía dudas y el año pasado dejó claro por qué. Se colgó el bronce europeo sub21 en Sofía en -74 kilos. “Fue la primera medalla en la que ves que se compensa todo el sacrificio. Me ha aportado mayor seguridad para el futuro”, explica Ramon sobre aquel momento.
Bronce continental sub21, se quedó a un paso de las medallas del Europeo absoluto
Un futuro que se hizo presente este mismo año. En mayo terminó quinto en el Europeo absoluto. “Era el más pequeño y me di cuenta de que no estuve lejos ni de las medallas ni del campeón. Me quedé a un punto de él en el combate entre los dos...”, lamenta mientras se pregunta hasta dónde hubiera llegado si hubiera sumado un punto más. Por ahora, el ranking se lo va diciendo. En él va subiendo puestos poco a poco, a pesar de que combina la categoría absoluta con la júnior. No renuncia a los grandes campeonatos en su rango de edad. “En este 2018 el Europeo sub21 es en noviembre. Era nuestro principal objetivo a inicios de año. No me podía imaginar estar en un Europeo absoluto ni acabar entre los cinco primeros”, dice.
Ramon ya entrena con la selección absoluta, de la que es parte. Tiene claro su referente. “Estoy entrenando con Joel González y eso es una motivación extra para mí. Verle trabajar día a día con máximos objetivos me hace soñar en grande y esforzarme al máximo”, dice. Estar con los mejores también le ha hecho notar las diferencias con respecto a las categorías inferiores. Ramon se encuentra evolucionando hacia un taekwondo más estratégico y sin tanto contacto, ya que la táctica adquiere una importancia primordial en los combates en la élite.
Pero la adaptación ha sido buena. Ya en años anteriores había participado en competiciones absolutas en las que había logrado grandes resultados y en este, más allá del Europeo, también ha cosechado medallas. “En Luxemburgo me colgué un bronce cuando ya llevaba mucho desgaste físico. Una medalla nunca viene mal. La temporada ha sido muy buena”, dice, feliz por ello.
Una adaptación positiva
Ramon camina con paso firme entre la resistencia y la táctica que el taekwondo requiere entre los sénior.“Es otro planning totalmente distinto y a la gente que durante toda la vida ha competido con los métodos anteriores le cuesta más. Yo vengo de las inferiores y es más fácil
Más centrado en la categoría sénior, su gran reto del año es el oro europeo sub21
adaptarse”, considera. Son las dos facetas en las que más se centra su preparación, en el CAR de Sant Cugat. Estudia un curso formativo de grado superior y también hace estudios de comunicación a nivel online, por lo que su tiempo se divide entre la preparación y la formación.
Todo ello lo hace con vistas a crecer de cara a alcanzar sus sueños deportivos. Para él se centran en la categoría absoluta de sus -74 kilos, los cuales convergen con los -80 de cara a la clasificación olímpica. “Para el Europeo, me tenía que ganar la plaza por estar por debajo de Dani Quesada en el ranking. Pero en un Mundial solo puede estar uno”, cuenta. “Nosotros tenemos más movilidad que los rivales de categoría superior cuando nos juntamos con ellos, pero menos fuerza. Y los puntos suben por la potencia de los golpes”, añade.
Esta unión entre pesos es la que se da en los Juegos Olímpicos, el gran objetivo de Ramon. “Trabajamos para llegar a ellos. Son la competición más importante a la que se puede asistir. Ojalá se pudiera ir, sacar una medalla y, por qué no, la dorada”, dice lleno de ambición. Sabe que por el sistema de clasificación, basado en el ranking, su gran apuesta debe ser París 2024. “Por ahora quiero estar entre los treinta y dos mejores del mundo para aspirar a entrar en los torneos de Grand Prix”, dice. Este reúne el circuito con los mejores del planeta.
Así, Ramon continúa curtiéndose para que los triunfos alcanzados no sean más que el inicio de una prolífica carrera en el taekwondo. Su llegada a la selección le ha servido para comprobar que el trabajo da sus frutos. Y él está dispuesto a no escatimar un gramo de sudor para hacer realidad sus sueños. Por ello, Ramon se esfuerza día a día para seguir nutriendo de éxitos a una familia de un taekwondo español que, pese a estar acostumbrada a las victorias, mantiene intacta el hambre por estas