Valverde abraza el deseado 4-3-3

Ernesto Valverde ganó un doblete Liga-Copa la pasada temporada y eso da mucha fuerza a cualquiera que debuta en el banquillo en un grande. El técnico inició la campaña de su estreno usando el 4-3-3 pero a la que se le lesionó Dembélé en Getafe abrazó el más compacto 4-4-2 reforzando el eje de la medular con la dupla Busquets

Rakitic y dándole protagonismo al llegador Paulinho junto a Iniesta, con Messi y Suárez por delante. También André Gomes ejerció bastantes veces de cuarto centrocampista. La apuesta rompía moldes históricos pero su eficacia era tangible. Después llegó la debacle de Roma y a Valverde se le empezaron a ver más los defectos.

De cara a este curso, en los despachos del club había una mezcla de curiosidad y prevención por la apuesta táctica del entrenador. A día de hoy, tras la Supercopa y dos jornadas de Liga, hay satisfacción indisimulada. El regreso al 4-3-3 se interpreta como un paso adelante de Valverde en busca de un talante más ofensivo y ambicioso, el sello del club, y una apuesta por el dibujo más adecuado para la plantilla que hay y para que Messi dé lo mejor de su fútbol. Dembélé ha sido el gran beneficiado y ahora se busca que Coutinho también cuaje como sustituto de Iniesta. Como ejemplo de que el 4-3-3 cuadra mejor que el 4-4-2 con la actual plantilla se apunta un ejemplo: Arturo Vidal en Zorrilla salió para dibujar al final un 4-4-2 con el que amarrar el triunfo, y navegó. De interior en un 4-3-3 se le considera excelente

FOTO: PERE PUNTÍ Valverde dispuso este once inicial en la visita del sábado a Valladolid. Fue un equipo de gala