Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Sal Berizzo que entra Simeone
Lo que hoy tenía que ser la previa de un partido de Primera hasta mitad de tarde y la crónica de ese mismo encuentro a partir de ahí se ha quedado en nada. En nada de nada. Una pifia más en una competición que ha llegado a presumir de ser la mejor Liga del mundo.
Lo del aplazamiento del Rayo Vallecano-Athletic previsto en principio para las 18.30 horas de este 1 de septiembre suena a cachondeo. Claro está que la seguridad de los espectadores está por encima de todo y que se trata de evitar cualquier posible desgracia en forma de hundimiento de un graderío, avalancha o accidentes de ese estilo. Nadie en su sano juicio se opondría a medidas de semejante calado por ese tipo de causas o similares. Aquí, sin embargo, ha habido tiempo suficiente para prevenir antes que lamentar. Los problemas de determinadas gradas del estadio de Vallecas quedaron patentes, se podría decir incluso que “una vez más”, durante la disputa del primer choque del campeonato entre el conjunto vallecano y el Sevilla. Allí, como bien quedó reflejado con una caída al vacío de un niño de cuatro años, se mascó la tragedia.
Prevenir antes que aplazar
Lo serio en una competición que presume de ser la mejor Liga del mundo hubiese sido reunirse de inmediato, actuar en consecuencia y prever alternativas para el siguiente compromiso a desarrollar en ese mismo escenario. Había que haber fijado de inmediato posibles soluciones por si llegado el caso, como así ha sido, las condiciones del estadio impidiesen la disputa del choque.
En Madrid hay hasta otros cuatro equipo más de equipos de Primera. Podría haberse planteado también la posibilidad de trasladar el choque a San Mamés o incluso la de disputarlo a puerta cerrada. Todo menos optar por la vía del aplazamiento.
Los espectadores hace tiempo ya que han dejado de contar para los nuevos dueños del fútbol. Lo más recurrido y recurrente suele ser apelar a la figura de Javier Tebas para responsabilizarle de los horarios, la desigual distribución de los derechos televisivos o el aplazamiento en este caso del Rayo-Athletic. Él, claro está, es el actual presidente de la Liga de Fútbol Profesional y como tal tiene su cuota de responsabilidad en estos y otros asuntos similares.
Pero los que le han puesto y le sostienen en dicho cargo no son otros que los 20 clubes de Primera y los 22 de Segunda División. La práctica totalidad de ellos, salvo honrosas excepciones entre las que debe incluirse al Athletic, se pliega a las propuestas de Tebas y sus colaboradores cegados por el dinero de la televisión. Con el nuevo maná del balompié español hemos topado.
La Liga, pese a muchas otras mejoras que ha logrado de unos años a esta parte, sigue sin alcanzar el rigor de seriedad necesario. Esta tarde en Vallecas en vez del duelo entre el Rayo y los leones habrá una manifestación de los aficionados locales a la que, seguramente, se sumarán algunos de los hinchas bilbaínos que ya tenían cogido viaje, hotel y entrada para asistir al partido. Los telespectadores, eso sí, tranquilos porque a la misma hora ofrecen el Celta-Atlético. Sal Berizzo que entra Simeone