Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Un patinazo como primer gran aviso al City este año
La Champions no perdona y los de Guardiola, obligados a remar a contracorriente
La Champions avisa pocas veces, corta y traicionera para aquellos que reinciden en los mismos errores. El inesperado tropiezo del City ante el Lyon sirve como ejemplo, ahora obligado a remar a contracorriente, sin balas en la recámara: “Perder la concentración se paga caro. En Europa no hay margen de error”, asumió Mikel Arteta, ayudante de Guardiola. Menos aún si se trata de uno de los aspirantes a alzarse con el trofeo, presionado más que nunca por ganar al Hoffenheim.
No hay motivos todavía para encender las luces de alarma, pero sí para preocuparse. Guardiola fue conciso y directo tras sumar el triunfo frente al Fulham el fin de semana anterior: “Pueden fallar un remate o un regate, pero un pase fácil no”, apuntó el catalán. Sancionado en la Champions, Pep observó desde la grada la cuarta derrota consecutiva del City en Europa, frustrado al ver que su mensaje cayó en saco roto.
Lento y con lagunas en el juego, el conjunto celeste regaló tantas veces el balón que no pudo enmendar sus propios errores. Excesivamente vulnerable ante la presión que ejerció el Lyon, el City demostró que no ha corregido aún los detalles que propiciaron su eliminación en Champions frente al Liverpool hace unos meses: “No se puede hablar de crisis, aunque a nivel interno puede que Guardiola lo considere así”, escribían ayer los principales periódicos ingleses.
Motivos tiene, al menos para recapacitar, consciente de que la Champions no acostumbra a conceder segundas oportunidades. Pep, sin embargo, volverá al banquillo, algo huérfano en el Etihad a pesar de que lo ocupara Arteta: “Faltó liderazgo. El catalán es uno de los entrenadores más activos en la banda, se comunica constantemente con sus futbolistas y no para de dar órdenes”, escribió ‘The Guardian’, algo que llega a intimidar a sus rivales. Sin Guardiola, al City le faltó personalidad, y se llevó el primer aviso del curso. Ahora la Champions la juega a remolque