Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Del césped a las aulas
Natalia Pablos ejerce de maestra tras su adiós amargo del Rayo
Los aficionados al fútbol femenino y más aún la hinchada del Rayo Vallecano se quedaron este verano con el corazón en un puño al saber que el club franjirrojo no dejaba retirarse a su jugadora emblema, Natalia Pablos. La delantera de 32 años había anunciado que quería colgar las botas porque se hallaba “muy desgastada y ya no me veía capaz de dar lo mejor de mí misma como futbolista”.
Tras 15 temporadas en el Rayo, donde ha sido la jugadora que más goles ha anotado en la historia del club -350 dianas- y tras haber logrado dos ascensos, tres Ligas, una Copa y tres participaciones en Champions, Natalia se veía obligada a abonar una cláusula de 250.000 euros por retirarse. La noticia indignó a sus seguidores y se sucedieron los mensajes de apoyo en redes sociales, hasta que el pasado día 12, la propia jugadora anunciaba que por fin podía retirarse del club de su vida.
“Tras un tiempo nada fácil puedo decir y compartir en alto que he dejado de ser jugadora del Rayo Vallecano... Nunca imaginé que sería bajo este contexto tan poco bonito. Pero las cosas han sido así y no voy a empañar todo lo que he vivido al crecer y ser parte de esta maravillosa familia”, señalaba en un comunicado.
La exjugadora ya se ha amoldado del todo a su nueva vida como maestra en el Colegio San José de Getafe, donde imparte clases de Primaria, ya que estudió la carrera de Magisterio mientras jugaba. Su pasión es enseñar en las aulas, pero no quiere dejar el fútbol apartado para siempre. “Estoy muy feliz de que todo se haya solucionado, de poder rehacer mi vida, pero a la vez siento pena y nostalgia del fútbol. Han sido muchos años en el Rayo, mucho cariño entregado. Ahora no me planteo seguir vinculada al Rayo, no con esta directiva porque no me dejan trabajar como yo creo, pero quizás sí en un futuro”, explica la jugadora a MD. De hecho, el Rayo le ha ofrecido a Natalia ser la coordinadora de la sección femenina, pero ella entiende que la propuesta se hizo “sólo por una cuestión de imagen” y no por convicción, por lo que no le ilusionó para nada la idea.
De momento, seguirá a su Rayo y a la Liga Iberdrola desde las gradas, como la aficionada más ferviente, al lado de una hinchada que “siempre me ha arropado y me ha hecho feliz incluso en los momentos más duros”