Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
UNA ROJA VALE DOS PUNTOS
La expulsión de Susaeta al borde del descanso supone un cambio de decorado en el Villamarín Williams y Raúl García sacan rédito al control bilbaíno, pero el segundo tiempo se hace largo
La expulsión de Susaeta supuso el punto de inflexión en el partido del Villamarín. Ni el calor, ni el retraso del inicio del choque, ni nada de nada. De no mediar la roja al capitán del Athletic, por dos amarillas, al borde del descanso lo más seguro es que a estas alturas se hablaría del triunfo rojiblanco.
Porque los leones tardaron relativamente pronto en ponerse 0-2 en el marcador. Williams y Raúl García batieron a Pau López en plena fase de control, dominio y buen juego bilbaíno. Los verdiblancos no sabían por donde les daba el aire, aunque, justo es reconocerlo, permanecían fieles a la singular idea de su entrenador en todo momento.
Todo apuntaba a un final plácido del primer tiempo cuando Estrada Fernández mostró la segunda amarilla a Susaeta. Dos acciones en teoría evitables por parte del fubolista del Athletic, pero un par de amonestaciones justas. Todo un lastre, en cualquier caso, para su equipo.
El conjunto rojiblanco ya no fue el mismo. No se pareció ni de lejos. Juntó líneas en torno al área de Unai Simón y priorizó la defensa por encima de cualquier otro concepto. El Betis, con vía libre para atacar, se volcó ofensivamente, empató por medio de Bartra y Canales y perdonó el tercero hasta en un par de ocasiones.
El buen planteamiento del Athletic, lamentablemente, se vino abajo en un abrir y cerrar de ojos. Pudieron ser tres puntos, se quedó en uno y, a tenor de lo visto en la segunda mitad, gracias.
Cambio de sistema
Setién introdujo varias novedades en su alineación titular. Seis cambios respecto al once que presentó el jueves en Grecia y dos sobre la anterior jornada liguera en Mestalla. El Betis fue fiel a su sistema habitual con tres centrales, una media integrada por los dos carrileros y dos pivotes y arriba dos interiores y un punta.
Berizzo, con el rival muy bien estudiado, optó en semejante circunstancias por reajustar su sistema tradicional por otro más idóneo para hacer daño a los verdiblancos. El
Athletic, en semejante coyuntura, se plantó en el Villamarín con un 4-4-2 en el que Raúl García acompañó a Williams arriba y Berchiche hizo de interior con Balenziaga, inédito hasta ayer, de lateral zurdo. Los leones tenían la lección bien aprendida.
Tras tocar, tocar y tocar durante un buen rato; Williams aprovechó un rechace de Pau López a remate de Raúl García para abrir el marcador. 0-1 a los seis minutos bajo un intenso calor. Diez minutos más tarde, tras la presión de los dos laterales rojiblancos a sus respectivos pares cerca del área bética, el propio Raúl García aprovechó un balón suelto para hacer el 0-2 con un potente tiro cruzado.
El Betis, con problemas para sacar el balón jugado, hizo de la insistencia una de sus mejores armas ante un conjunto bilbaíno que fue perdiendo ímpetu de manera paulatina. Unai Simón, pese a todo, fue un mero espectador más. Los problemas para los leones llegaron al borde del descanso cuando Susaeta vio la roja.
El Athletic, con uno menos, optó por replegarse con dos líneas de cuatro y Williams un poco más arriba. El Betis, en cambio, siguió a lo suyo con una velocidad más dada la superioridad numérica de que gozaba. La presión local fue creciendo en intensidad. Los leones solo se dedicaban a achicar cuando Bartra, con un tiro lejano al que no supo responder Unai Simón, redujo distancias.
Berizzo retiró a Raúl García para meter a Capa de cara a cerrar más por la banda derecha. Los verdiblancos ya estaban enchufados para entonces. Los bilbaínos sufrían más de la cuenta atrás y Canales, uno de los más insistentes, hizo el empate. Setién abrió más el campo con Tello e Inui dio más mordiente arriba con Loren. La respuesta del técnico argentino de cara a la recta final del choque fue recurrir a Muniain a costa de Williams. Ni más, ni menos