Un empate con sabor

El Athletic salvo un punto ayer en el Benito Villamarín, un resultado positivo teniendo en cuenta cómo se puso el partido al filo del descanso con la expulsión de Markel Susaeta.

Posiblemente el que mejor haya saboreado este empate sea el propio jugador eibartarra, que dejó a su equipo con uno menos toda la segunda parte en una jugada impropia de un futbolista de su experiencia y que tampoco destaca precisamente por dar muchos problemas a los colegiados. Vamos, que no es ni Aduriz ni Raúl García.

El guipuzcoano vio doble cartulina amarilla en apenas siete minutos en dos jugadas similares. Él mismo se dio cuenta enseguida del error que había cometido. En el pecado lleva la penitencia y si su equipo llega a perder el partido se hubiera arrepentido durante un buen número de días.

El Athletic realizo una buena primera mitad, realizando bien la presión sobre la salida de balón rival, una virtud que ha adornado a los rojiblancos en las últimas temporadas y que ha dado muy buenos resultados. Es lo positivo que pueden sacar los leones del Benito Villamarín. No es poco. El equipo demostró personalidad e ir a por el partido ante un rival con mucha calidad con el balón en los pies.

Williams, tras un muy buen remate de cabeza de Raúl García, y el navarro con un gran lanzamiento desde la frontal hicieron buena la superioridad visitante. Todo discurría plácidamente hasta que llegó la segunda amarilla de Susaeta. El encuentro cambió completamente tras el paso por los vestuarios, pero se pudo salvar un punto y queda la sensación de que el Athletic realizó un buen encuentro cuando ambos equipos tenían once jugadores sobre el terreno de juego