Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Villalibre acaba de cumplir 21 años
Los parones de Liga suelen servir para realizar todo tipo de análisis y debates. El pesimismo, rayando a veces con el catastrofismo, suele imperar cuando los últimos resultados no acompañan. Es el caso del Athletic
Williams ha sido objeto desde que acabara el derbi contra la Real hace ya dos semanas de comentarios, análisis, encuestas, estadísticas y discusiones de todo tipo. Aduriz , el goleador por excelencia del conjunto rojiblanco durante las últimas temporadas, tres cuartos de lo mismo. El nombre de Guruzeta también ha salido a la palestra.
Nada nuevo sobre el horizonte. Viene a suceder lo mismo cada vez que el Athletic se ve sumido en una situación clasificatoria digamos un tanto preocupante, como es el caso actual. Los tiros apuntan en distintas direcciones en función del inquilino del banquillo del momento,
Berizzo, al menos de momento, no sale mal parado a nivel de crítica. A Ziganda, en cambio, le cayeron palos por todos los lados desde prácticamente el arranque de la pasada campaña. Valverde también fue pasando de héroe a villano con el discurrir de las jornadas. Bielsa, tras un primer año espectacular, más o menos parecido. Y así sucesivamente bajo la retrospectiva del pasado más o menos reciente.
Uno de los grandes problemas del Athletic de un tiempo a esta parte viene siendo su falta de gol. Cuando Aduriz tose en esta faceta, el resto del equipo se constipa. Y con el donostiarra renqueante, el centro de atención se dispara hacia Williams, un delantero cuya perfil futbolístico en poco o nada se parece al de su veterano compañero. El tiempo pasa y, lamentablemente, el problema no se soluciona.
La pregunta del millón en tal tesitura suele ser “¿y por debajo quién viene?”. Repasando la nómina de delanteros de categorías inferiores, uno se encuentra, por ejemplo, con un tal Villalibre que acaba de cumplir 21 años. El dato de la edad del ahora punta del Bilbao Athletic seguro que descoloca a más de uno. Cuestión, por tanto, de paciencia y perseverancia