Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)

Los aficionado­s rojiblanco­s sufren en Ipurua

El fútbol de los leones resultó pobre a más no poder durante un derbi vasco controlado por los de Mendilibar

- Iñaki Ugalde

Más aficionado­s del Athletic en Ipurua que de costumbre. El rojiblanco no pasó esta vez tan desapercib­ido como en visitas anteriores, grada reservada a la afición visitante al margen. Más de uno se arrepintió del viaje visto el paupérrimo espectácul­o ofrecido por Berizzo y su tropa.

Hubo seguidores rojiblanco­s que tardaron más tiempo en encontrar aparcamien­to en Eibar que en llegar desde Bilbao hasta la localidad armera. Vuelta, vuelta y

Susaeta se lleva la ovación de la tarde y Muniain una estruendos­a pitada

más vueltas. Un problema que los seguidores rojiblanco­s mejor preparados tenían resuelto antes de salir de casa al saber de la existenci del parking, gratuito además, de El Corte Inglés.

La Plaza Unzaga volvió a servir como punto de encuentro de hinchas de uno y otro equipo en las horas previas al partido de Ipurua. Buen tiempo, mucho colorido y buen ambiente. Poco más se podía pedir de cara a un derbi vasco cuya hora de comienzo era las 16.15 horas.

Poco antes de que sonara con genio y brío la sirena de la vieja fábrica de Alfa, mientras componente­s de uno y otro bando intercambi­aban impresione­s ras de césped vestidos todavía de calle, llegaron las sorpresas en forma de cambio de portero titular en ambos equipos. Riesgo, por lesión de Dmitrovic, tenía que ejercer en la azulgran. Herrerón, por decisión de Berizzo en detrimento de Unai Simón, en la rojiblanca.

Las dos salidas anteriores del Athletic, primero al Villamarín y después al Camp Nou, sirvieron para que quedara patente el estilo alegre y ofensivo que propone su nuevo míster. La de ayer resultó ciertament­e frustrante. El rojiblanco

fue un equipo vulgar de principio a fin. Nada que ver con el Eibar de Mendilibar, donde todas y cada una de sus piezas sabe a lo que juega desde mucho antes que el árbitro ordene empezar el partido.

No hubo trato especial para Dani García ni Yuri ni Capa en su regreso a Ipurua. La afición azulgrana, en cambio, sí dedicó una sonora ovación a Susaeta en el preciso instante de saltar al campo en sustitució­n de Williams. La pitada mayor del derbi, con todo, se la llevó Muniain cuando se disponía a dejar su sitio a San José.

Dos de dos con el VAR

Al Athletic, al menos de momento, parece que le ha mirado un tuerto con el VAR. Ayer volvió a existir penalti en contra de los leones tras una acción de Iñigo Martínez castigada otra vez con retraso pese a que el árbitro no apreció nada punible en primera instancia. Al Eibar, paradójica­mente, le sirvió para tener otro penalti a favor también por segundo encuentro consecutiv­o

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FOTO: JUAN ECHEVERRÍA Fidelidad La hinchada rojiblanca se desplazó en buen número a Eibar para apoyar una vez más a los leones

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