Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Con un hombro fuera
Celebración de videojuego tras un percance inesperado
Marc, por su increíble estilo de pilotaje, sus ‘salvadas’ y sus récords, con 7 Mundiales en el global de categorías y 5 de MotoGP, bien podría ser un piloto de videjuego. Va pasando de pantallas a golpe de gas arriesgando hasta el final, como lo hizo este domingo en Motegi, y su celebración no podía ser más acertada.
Cuando desde el muro Alberto Puig le advertía de la caída de Dovizioso en su penúltimo paso por meta, Marc supo que era campeón. Empezó entonces la última vuelta, posiblemente la más larga de toda la temporada por sus ganas de cruzar la meta ya como heptacampeón del mundo. Lo hizo con un caballito más que suma a su videoteca personal y se dirigió rápidamente al lugar pactado para la celebración que tenía preparada para la ocasión.
Antes, recibió la felicitación de muchos pilotos. Y al abrir demasiado los brazos al abrazar a Redding se le salió el hombro por enésima vez, y el siempre enérgico Scott terminó de rematar la situación con unas palmaditas inoportunas. Por suerte, ya había llegado al lugar en el que le esperaban su hermano Àlex y su preparador de Motocross, Jose, junto a muchos miembros de su Fan Club, liderados por su tío Ramón Márquez. Éste último se había quitado
Al catalán se le salió el hombro al abrazarse con Redding antes de sus festejos en pista
un peso de encima. Tenía el billete de vuelta de Tokio a Barcelona en los próximos días, así que le había metido algo de presión extra a Marc para que lograra el título en Motegi para poder estar presente.
Marc sorprendió a todos lanzándose al suelo. “¿Habéis visto que me he tirado al suelo? Suerte que ahí estaban Àlex y Jose y me han puesto el hombro. Ahora sí habrá que operarlo pero ya tenía cita con Mir para diciembre, chapa y pintura, pero ahora, hay que celebrarlo”, dijo el catalán.
La adrenalina del momento le hizo olvidar el dolor y continuó con el plan. Si el pasado año lanzaba un dado ‘trucado’ con un ‘6’, este curso, dejó los juegos de mesa y se pasó a las máquinas. Concretamente, a las famosas ‘Arcade’ de las salas de juego. Y en Motegi, después de pasar su ‘pantalla’ en pista, subió de nivel también en dicha consola vistiendo la camiseta conmemorativa con el lema ‘Nivel 7’. Se colocó ante la máquina, llevó a un Márquez virtual hasta el triunfo y se llevó el premio: un casco dorado con el número 1 en la parte superior con el que se dirigió al podio.
Abrazos con el equipo, baño de champán, y por primera vez, pudo cerrar los ojos y dar un suspiro de alivio por el objetivo conseguido. “Nivel 7 completado”, debió pensar antes de volver a levantar las manos para tocar el cielo por séptima vez