Maravillosa agonía del equipo albiazul

El Alavés aguanta el pulso en la primera mitad y arrolla en el tramo final a un Villarreal inferior tras el descanso para ponerse segundo en la tabla

El Alavés se alía con el sufrimiento. En los partidos agónicos se mueve como pez en el agua. Aguantó el pulso hasta el descanso a un Villarreal muy trabajador hasta que le duró la gasolina pero, con una salida en tromba en la segunda mitad, superó a su rival y le ajustició en el descuento de un Borja Bastón, que nada más salir al terreno de juego, rubricó una remontada que hizo justicia en un partido de infarto.

Se sitúa segundo un cuadro babazorro que, a base de sacrificio, es por ahora el único que aguanta a un F.C. Barcelona que ha apretado el acelerador para consolidarse al frente de la Liga.

Salió el conjunto local con mucha fuerza ante un submarino amarillo que, desde el inicio, tenía la consigna muy clara: ponerse el mono de trabajo para igualar la intensidad albiazul. Bajo un intenso aguacero, ambos conjuntos estaban dispuestos a fajarse por cada balón. Los de Calleja presionaron con intensidad a un cuadro babazorro que, con la defensa muy adelantada, buscó cerrar espacios pa- ra evitar que su adversario mostrara su calidad a la hora de circular el balón.

Enfangado el partido y pasado por agua, surgió en una jugada aislada en el minuto 10 la calidad de Santi Cazorla. El fino extremo, que realizó la parte final de la recuperación de su lesión en Ibaia, controló un balón y, con electrizante rapidez, puso un centro de oro a Alfonso Pedraza. El ex babazorro entró por la izquierda para, en una jugada de tan solo tres toques, meter un balón en la frontal del área chica a Gerard Moreno. El atacante, al que se le da muy bien el Alavés, se lanzó con todo al césped para empujar el cuero al fondo de la red.

Era el 0-1, que significó un seguro de vida para los amarillos. A partir de ahí, los de Calleja controlaron el juego en un duelo en el que el Alavés trató de llegar con más corazón que cabeza al área de Sergio Asenjo.

A base de garra, tuvo el conjunto vitoriano dos claras ocasiones de gol. En el 23, Calleri remató un saque de esquina, pero Jaume Costa, con el portero batido, acertó a despejar cuando el esférico se dirigía al fondo de la red.

A balón parado

Al filo del descanso, Ibai cazó un rechace en banda diestra y envió un milimétrico centro al área, pero Rubén Sobrino cabeceó muy alto.

En la reanudación, el de Daimiel pudo empatar en el 48. Tomás Pina, con caño incluido, realizó un jugadón y se metió en el área para meter un centro de oro a Rubén Sobrino, que con todo a favor disparó fuera.

Encontró por tercer partido consecutivo el Alavés el gol a balón parado. En plena salida en tromba, Calleri aprovechó una falta botada desde la izquierda por el siempre genial a balón parado Ibai para, de soberbio testarazo, establecer un merecido 1-1 en el 50.

Pudo ponerse de inmediato el Alavés por delante en el 52 con un duro disparo de Wakaso que se perdió muy cerquita del poste de Sergio Asenjo. En apenas siete minutos, creo tres clarísimas oportunidades el equipo de Abelardo, mucho más que en toda la primera mitad.

Quebró por completo el duelo el cuadro vitoriano y, en el 62, Calleri mandó a las nubes un buen centro de Rubén Sobrino, que se internó con mucha velocidad por la izquierda.

Glorioso sprint final

El encuentro se abrió por completo, con llegadas de ambos contendientes. En el 75, Ekambi, que entró en sustitución de Cazorla, se hizo el hueco ante Laguardia y disparó fuera con mucho peligro. El recién incorporado hacía daño por la izquierda y, en el 76, la defensa local despejó un flojo remate de Alfonso Pedraza tras una buena jugada suya.

Por parte albiazul, Rubén Sobrino y Jony tuvieron también claras ocasiones. En el 86, Ibai probó con su diestra de seda y el cuero se estrelló contra el travesaño. En el 87, Sergio Asenjo se lució ante un envenenado lanzamiento del de Daimiel.

Emergió Fernando Pacheco en el tramo final con dos excelentes intervenciones a remates de Gerard Moreno y Pedraza. El ‘Pitu’ Abelardo tiene flor también con los cambios. En el descuento introdujo a Borja Bastón y, nada más entrar, el ariete marcó el gol de la victoria albiazul

FOTO: EFE Gol y tres puntos Laguardia salta sobre su compañero Borja Bastón para celebrar el tanto de la victoria del Alavés