Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Djokovic, vencedor de una semifinal brutal
Cada día hay menos dudas de que, cuando acaben sus carreras, Roger Federer, Rafa Nadal y Novak Djokovic deberán ser considerados los tres mejores jugadores de la historia. El tenis cuenta con varios nombres de leyenda, pero al coincidir en el tiempo este trío de elegidos se ha retroalimentado de tal forma que la lista de partidazos entre ellos no tiene parangón.
El último ejemplo lo ofrecieron ayer Djokovic y Federer en 3h.03’ de semifinal brutal en París-Bercy. El serbio aguantó la feroz resistencia del suizo, sumó su 22ª victoria consecutiva –7-6 (6), 5-7, 7-6 (3)– y se medirá hoy (15.00 h) a Karen Khachanov (18º), que jugará su primera final de Masters 1.000 tras vencer a Dominic Thiem, 6-4, 6-1. ‘Nole’ domina al ruso por 1-0 e intentará igualar el récord de 33 títulos de esa categoría de Nadal, que le cederá mañana el nº 1 mundial.
Djokovic mantuvo su ascendencia sobre Federer, pero el helvético humanizó su tenis intratable de los últimos meses. Novak domina la serie con Roger (25-22) tras haberle ganado sus últimos cuatro partidos y ocho de los 10 últimos. A pesar de la clase del suizo, el serbio demostró que actualmente tiene una bala más en la recámara que sus más fieros rivales.
El balcánico, de 31 años, ya necesitó 1h.11’ para anotarse la primera manga por 7-6 (6) después de levantar una bola de set favorable a Roger, que llegó al tiebreak tras salvar previamente cinco bolas de rotura. De hecho, Federer, a sus 37 años, consiguió llevar al extremo el choque gracias a su capacidad para levantar las 12 oportunidades de ‘break’ de Djokovic, que llegó a desesperarse por ello e incluso recibió un ‘warning’ por lanzar de mala manera la raqueta al suelo en el noveno juego del tercer set.
Exprimiéndose mutuamente
El helvético, en cambio, aprovechó una de sus dos únicas bolas de rotura para anotarse el segundo set (5-7). Ambos tenistas siguieron exprimiéndose mutuamente en un partido emocionante por las brillantes respuestas a cada reto que se plantearon el uno al otro. Con 4-4, Roger volvió a resolver una situación muy delicada al levantar un 15-40. Impasible a la presión, el suizo encadenó cuatro puntazos y salvó el saque.
El tiebreak era el desenlace lógico a semejante duelo y, por tanto, cualquier detalle iba a decidir al ganador, que fue Djokovic al jugar él un desempate de ensueño y cometer Federer un par de fallos, doble falta incluida (4-1). El serbio olió sangre y se situó con 6-1 antes de cerrar el tiebreak por 7-3. Punto y final a otro duelo magistral