Motivos de alarma

Tanto el entrenador del Athletic como sus propios jugadores tratan al final de cada partido de dar una imagen de tranquilidad y de confianza en sus posibilidades de salir del embrollo en el que se están metiendo. Ayer no fue un día diferente y tras encajar la primera derrota de la temporada a domicilio, de nuevo desde el vestuario bilbaíno trataron de convencer a toda la familia rojiblanca de que no hay un motivo serio para preocuparse.

Pero la realidad es que pasan las semanas y no se acaban de ver brotes verdes para creer en este equipo. Los leones están tan en precario que intentan convencernos de que sus partidos no son tan malos como apreciamos desde la grada de San Mamés o a través de la televisión. Ayer mismo, hubo algún jugador del Athletic que tras el choque hablaba de que habían realizado una segunda parte mejor que la primera. Increíble.

Lo peor del caso es que el técnico argentino del Athletic va gastando balas y la situación no mejora. Empezó apostando por un equipo con un juego combinativo y tras constatar que de esa forma no hacía méritos para sumar victorias ha dado una vuelta de tuerca a su equipo, recurriendo a la ‘vieja guardia’ para intentar ser un grupo más sólido en el campo.

Contra el Valencia le sirvió para no perder, pero anoche se vio que con esta nueva idea el equipo solo sabe contener al rival y cuando encaja un gol carece de argumentos futbolísticos suficientes para remontar. Digan lo que digan unos y otros, la cosa es más que preocupante